miércoles, 2 de noviembre de 2011

Promesas

Si las promesas tuviesen valor, este sería el mismo que su peso...nada. Las promesas suelen salir de las bocas sin la más mínima intención de cumplirse. Cada vez que oigo una promesa, el eco de los tacones de la mentira llega hasta mis oídos y se queda ahí esperando, agazapado y al acecho.
Claro que hay promesas que se cumplen. La excepción está para confirmar la regla.
Hay promesas dichas mirando a los ojos y hay promesas dichas esquivando la mirada. Hay promesas gritadas para que sean oídas por todos y hay promesas susurradas para que solamente sean oídas por una persona. Hay promesas ebrias y hay promesas sobrias...Da igual, todas son falsas, son promesas sin más  arrojadas al aire y cuando caen al suelo quedan allí olvidadas.
De niño se escuchan promesas y se creen. Siendo joven se sigue creyendo en ellas cuándo se oyen de alguna boca que admiramos...o deseamos. Una vez adulto sólo las hacemos, sin pensar si alguna vez podremos cumplirlas. De ancianos...de ancianos apenas podemos seguir erguidos y en pie, entonces las promesas... ¿para qué?, ¿por qué?, ¿para quién?, si el Final nos pasa su brazo por los hombros esperando su momento, un momento que promete llegar ( que paradoja) cuándo cada vez queda menos tiempo y vislumbramos que tras la meta no hay nada.
Las promesas son palabras cuya alma ha decidido arrojarse al vacío de la nada. Todos hemos prometido en nuestra vida, sin saber que la necedad entra sin llamar en las casas, mientras la dignidad huye por las ventanas.
Hay promesas de peso hechas con el corazón, por corazones podridos de soberbia que no valen, ni jamás valdrán nada. Las promesas hoy, amigo, no son nada.

  asp-Wer Sonst (Einhorn Radio Edit) by hotokan