La teocracia vaticana, acaba de concluir un cónclave del que ha salido elegido un nuevo Papa.
115 cardenales reunidos a puerta cerrada han llegado a la conclusión que, las sandalias del pescador deben calzar los pies de, el antes cardenal, Jorge Mario Bergoglio, que a partir de ahora será conocido como Su Santidad Francisco. Sin el número I romano con el que le nombran la mayoría de los medios de comunicación. Por lo visto, según la Santa Sede, si más adelante (y Dios mediante) hay un Francisco II, entonces Jorge Mario Bergoglio, pasará a denominarse Francisco I. No añadamos palitos a los nombres tan alegremente, o esperemos a que dichos palitos sean oficiales al menos.
De este nuevo Papa, que ante el aluvión de críticas provocadas por la "izquierda anticlerical", según dice el Vaticano, por su polémico pasado, un pasado bastante laxo con la dictadura argentina del general Videla; se sabe que a parte de argentino, es jesuita y le gusta el fútbol.
Con estas tres cosas, doy por seguro que millones de fieles católicos, se darán por contentos. El pasado, pasado está. Y el que no tenga uno del que avergonzarse que tire la primera piedra. Cosa que puede parecer perfecto, si hablamos del repartidor de periódicos, en lugar del rey de Roma. Pero será por esas cosas que tienen las religiones, que pese a decir que ellas se ocupan del estado del alma y de la relación de los hombres con Dios (y he de suponer que también de las mujeres), la sensación que me queda, y que los hechos me demuestran, es que el alma les sabe a poco a dichas religiones, y quieren "un completo con final feliz" . Alma y cuerpo. Y ya metidos en faena, poder y riqueza. Y es por esto, por lo que yo, un ateo sin vergüenza (no confundir con sinvergüenza), me lanzo a criticar algunas noticias religiosas. Más cuándo estas atañen al máximo dirigente de una fe. A los Imam, (por decir otros profesionales de la fe con millones de fieles) debido a diferencias culturales y horarias, aún no he tenido oportunidad de hacerles una crítica constructiva. Pero como todo en la vida, se andará. Aunque creo, que tampoco son muy de encajar críticas.
De cualquiera de las maneras, al puñado de ateos y agnósticos que perdemos el tiempo hablando de las religiones, no nos debe sorprender estas elecciones papales. Entra dentro de la más pura lógica irracional de sus creencias y actitudes ante lo que ellos consideran vivir una vida en paz y en gloria de Dios.
Este Papa, como todos los anteriores (exceptuando, tal vez, a uno llamado Juan Pablo I, así a bote pronto que recuerde) hará lo que se espera que haga. Ni nada más, ni nada menos. La maquinaria no puede pararse tras más de dos mil años de perfecto funcionamiento. Si ha funcionado hasta aquí, ¿por qué cambiar?
El ser humano pese a ser una caja de sorpresas, es a su vez un saco repleto de miedos, y mientras estos sigan atemorizándonos, unos cuantos cardenales seguirán juntándose cuando toque (o Dios quiera) para seguir eligiendo un nuevo rey al que poder venerar y besar el anillo. Al fin y al cabo a Cristo no le colgaron de una cruz para nada.
[*] Imagen: filmin.es
[*] Imagen: filmin.es