Después de leer esta noticia y otras similares relacionadas con el tema de la financiación irregular, o mejor dicho, financiación directamente delictiva del Partido Popular, uno parece haber desarrollado una coraza de titanio, y desconoce hasta dónde llega el límite para dejar de sonrojarnos y cabrearnos ante tanta vergüenza ajena que provocan los miembros, especialmente los más prominentes, de dicho partido político.
Escriban la palabra alemana Gürtel en cualquier buscador de internet y la cantidad de mierda en forma de noticias, datos y demás tramas financiero-político-chuscas asociadas a dicha palabra, les dará para repintar con bonitas heces prácticamente la totalidad de las sedes que el PP tiene repartidas por esta España que, según parece, tanto adora y tanto menta.
Dicen que no hay que hacer leña del árbol caído, pero yo no veo que este árbol llamado Partido Popular haya caído, pese a tener todo en contra para seguir manteniéndose en pie. El suelo español parece tener los nutrientes necesarios para que árboles de esta especie no se sequen ni enfermen, y encima den frutos. Resultan más abrasivos que un bosque de eucaliptos. Las raíces de este árbol están bien arraigadas en nuestro suelo patrio y en ese ideario del "gran español" por el que beben los vientos los tipejos del pelaje gürteliano que pululan por los pasillos y despachos de los populares, parece ser.
Da igual la noticia que salga en los medios relacionada con dicha financiación, y da igual el derrotero que coja la investigación policial y judicial enmierdando aún más el elegante y derrochador tren de vida que llevaban los implicados, y algunos aún llevan. Da igual. Todo eso parece dar igual. Ni el hacha más afilada parece hacer mella en su podrido tronco. La corteza es dura, casi tanto como el rostro de muchos de los cargos políticos afiliados al PP.
Este árbol da frutos podridos y amargos, muy amargos, pero eso no parece importar a nadie, a tenor de la placidez y tranquilidad con que soportamos a este gobierno hipócrita, falsario y manipulador.
Estoy seguro que si las burradas y tropelías delictivas y antidemocráticas que el gobierno comete con sus ciudadanos, las hubiese cometido un gobierno que se hiciese llamar de izquierdas (por poner un ejemplo), los tanques, esos tanques que tanto parecen echar en falta algunos trogloditas de uniforme, y algún que otro troglodita de paisano, habrían salido a la calle en dirección al palacio de la Moncloa, no sin antes dejarse caer por la calle dónde estuviese la sede del partido, y dejar allí un retén para controlar e impedir la entrada y salida de supuestos delincuentes aficionados al dinero estatal y al de procedencia dudosa. Es posible que incluso alguno hubiese sido fusilado contra la pared de la misma sede. Si hubiese sido un partido de izquierdas, repito.
En España los tanques sólo tienen carburante para coger la autovía Madrid-Barcelona ante un posible amago de independencia territorial. Bueno, para ser justos, también llenan sus depósitos para el desfile militar del día de la Hispanidad. Por lo demás parece ser que sólo están aparcados para hacer bonito en el patio de algún cuartel... Y de paso llevarse alguna comisión por la compra, y más tarde posible venta a terceros países, de dicho material bélico. Pero eso es otra historia.
Existe una leyenda que dice que bajo el árbol cuyo suelo ha regado con su semen un ahorcado al morir, crece una planta, familia de las solanáceas, llamada mandrágora. Solanáceas son también la patata, el tomate y la belladona. Esto lo expongo para saber cuales son los miembros de esta familia de vegetales, no para saber los ingredientes de una ensalada. Nunca está de más saber los tíos, primos, padres y hermanos que una planta, y más si es de esta procedencia, pueda tener.
La mandrágora es una planta curativa a la que también dan propiedades mágicas. La raíz de esta planta es muy curiosa y llama mucho la atención, pues tiene forma humana, y es por ello de dónde le viene, desde la muy antigua Grecia, esta fama de mágica.
En el caso que nos ocupa, bajo la sombra del árbol genealógico y frutal del Partido Popular, hay muchos ahorcados que han regado con sus eyaculaciones el suelo que existe bajo sus ramas. Pero todas y cada una de las raíces de mandrágora que han crecido a los pies de dicho árbol, tienen invariablemente la misma forma humana desde hace unos cuantos lustros. La misma forma con ligeras variaciones. Está la raíz con rastro de sombra de mostacho aznariano, la raíz de tics rajonianos, la raíz arrugada aguirreniana, la raíz de cadera curvilínea cospedaliana, la raíz de piel bronceada zaplanesca, la raíz de mandíbula prominente acebeciana... Y muchas más que sería largo de escribir. Raíces todas ellas que crecen bajo tierra con un pin clavado en su tubérculo pecho con el logotipo gaviotero del Partido Popular. También esta raíz bajo el mantillo de la bandera rojigualda, denominación de origen de la "Marca España", ha demostrado crecer fuerte y sana pese a su podredumbre genética.
Ni el más fuerte herbicida puede eliminar estas raíces. Con este árbol es necesario una tala concienzuda, democrática y republicana hasta el tocón, y luego dejar que se seque para arrancar de cuajo el tocón con sus raíces. Arduo y laborioso trabajo, pero completamente necesario.
Por cierto, una cosa que pocos suelen comentar de esta raíz, es que es altamente tóxica y en ocasiones puede llegar a ser mortal. A veces las leyendas se olvidan decir lo que esconde la cara oculta de las monedas que circulan por los bolsillos de los paisanos.
Ni el más fuerte herbicida puede eliminar estas raíces. Con este árbol es necesario una tala concienzuda, democrática y republicana hasta el tocón, y luego dejar que se seque para arrancar de cuajo el tocón con sus raíces. Arduo y laborioso trabajo, pero completamente necesario.
Por cierto, una cosa que pocos suelen comentar de esta raíz, es que es altamente tóxica y en ocasiones puede llegar a ser mortal. A veces las leyendas se olvidan decir lo que esconde la cara oculta de las monedas que circulan por los bolsillos de los paisanos.