A nadie nos debería sorprender que personajes como Donald Trump, no sólo sean dueños de grandes fortunas sino que además, puedan lograr la presidencia de uno de los países más poderosos del planeta. Es como si nos viésemos reflejados en él. No encuentro otra explicación.
La frase de la foto define su esencia como hombre y como persona, pero en especial resume lo que somos todos para él, y para los que piensan como él: simples objetos. Si además eres mujer, entonces, el objeto (tú) pasas a ser follable, independientemente del resto de cualidades que, como persona, puedas tener.
El mundo se está rodeando de líderes, votados por nuestras inocentes manos en la mayoría de los casos, a los que ni siquiera les daríamos el beneficio de la duda en cualquier ámbito de nuestra esfera personal. Y no sé porqué pensamiento, falto de lógica y raciocinio dicho sea de paso, les dejamos que gobiernen nuestras vidas. Votar a un señor, o señora, que va a dirigir los destinos de millones de personas lo hacemos como si pensásemos que en lugar de un país lo que va a presidir es una comunidad de vecinos.
Posiblemente, el triunfo de estos machos alfa, sea debido a que los políticos no están haciendo su trabajo. Y dentro de esta nueva hornada de hombres hechos así mismos que invade los países occidentales especialmente, comprobar que absolutamente todos son: homófobos, machistas, xenófobos, incluso algunos fascistas, no me tranquiliza nada.
Vivimos tiempos difíciles, pese a nadar en la abundancia y parecer todos más felices que unas castañuelas. No somos conscientes de haber dejado al volante del autobús que nos tiene que llevar a la próxima parada, a un psicópata daltónico que se va a saltar todos los semáforos en rojo y que posiblemente se pase de parada. Vamos, que nos llevará donde él quiera no dónde nosotros queremos bajar. Y hay paradas que nos pillan muy lejos de casa.
A este hombre le han votado para cuatro años, con posibilidad de reelección por otros cuatro. Son muchos años para soportar a un neandertal con priapismo crónico y un apetito sexual desmedido, Mala combinación cuando de lo que se trata es de mejorar nuestras vidas, no de cumplir sus deseos sexuales.
Si medimos la evolución de la humanidad basada en los líderes que elegimos, podemos llegar a la conclusión, sin ningún temor a equivocarnos, que pese a haber pisado la luna, en el planeta tierra aún seguimos chocando dos piedras para hacer fuego. El líder de la manada, el más bruto entre los brutos, nos guía por la sabana bajo un sol de justicia en busca de un espejismo que entre todos hemos hecho nuestro. Al último que sugirió ir por la sombra, le dejaron atrás enterrado hasta el cuello y con la cabeza embadurnada de melaza para que se le comiesen las hormigas. El macho alfa no se anda con bromas cuando de proteger a los suyos se trata.