sábado, 13 de septiembre de 2014

Cambio de guardia en los cuarteles financieros.

A rey muerto rey puesto, y el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Hace tres días que el, hasta ahora, banquero más poderoso del país, Emilio Botín, pasó a mejor vida y su heredera ya ha cogido las riendas bancarias con sus correspondientes resortes para seguir con esa espléndida labor social que su banco realiza y que tantos réditos le aporta.
Aprovechando el funeral en la capital cántabra de Santander, la nueva heredera del emporio bancario del banco de Santander, se ha dejado ver junto al rey de España Felipe VI en las regatas del Mundial de Vela que dicha capital acoge. La imagen del rey con la ya presidenta del banco, dice mucho más que lo que deja entrever.
Ambos sonrientes y relajados dándose un garveo junto a unos cuantos barquitos de vela. No tienen mucho que hablar, pues todo está ya dicho. La complicidad entre poderosos no necesita de palabras. A penas algún gesto como este es suficiente. A buen entendedor pocas palabras bastan, como afirma el dicho.
Esta foto de presentación en sociedad demuestra que las cosas siguen en su sitio. La maquinaria funciona a la perfección. El engranaje que la mueve está perfectamente engrasado. La pieza que falla o muere, se recambia de inmediato y todo sigue como si nada hubiese pasado.
A nadie que conozca como funciona realmente el mundo le debe extrañar que alguien como Ana Botín, que controla tan solo unas pocas acciones del Santander, acabe siendo la presidenta del grupo bancario. Eso dice mucho de lo democráticamente que funcionan los estamentos que rigen nuestras vidas y destinos. Se llamen dichos estamentos monarquía o capital financiero. No solo se miran los méritos que uno tenga, también se mira, y más que dichos méritos, la cuna de la cuál procedas.
Mientras en Cataluña están entretenidos y nos entretienen con el proceso soberanista, los mandamases se relajan disfrutando de unas bonitas vistas en la costa santanderina, casi agarrados de la mano, dejando patente lo que realmente es importante, mientras en la tumba del anterior presidente bancario se empiezan a marchitar las flores.
En los cuarteles financieros han cambiado de guardia, discretamente, sin estridencias y sin la rimbombancia de los cambios de guardia del palacio de Buckingham. Cuando quieren son austeros con sus cosas.