martes, 4 de septiembre de 2012

El timo de la banderita

(*)
Hay personas a las que les pone de los nervios el que se hagan chistes o se tontee con los colores de la enseña nacional. No se que tendrá el rojigualda pintado en un trapo que a pocos deja indiferentes.
Igual es que no se acuerdan de su origen. O igual es que muchos recuerdan su significado a partir de 1939.
Su origen está bien documentado. La bandera rojigualda fue la bandera oficial a partir de 1843 bajo el reinado de Isabel II. Anteriormente Carlos III, sustituyó la oficial que era la Cruz de Borgoña sobre lienzo blanco (esta es la que se reconocía como bandera española en aquella época) porque se confundía con la de otras naciones (muchas de ellas con dinastías borbónicas al igual que España). En el mar fue la Armada la que primero ondeó la bandera rojigualda (más que nada porque el rojo y el amarillo son perfectamente identificables en el mar). Para leer algo del tema aquí.
Así que esta bandera a la que tanta gente venera y es tan afín tiene escasamente 169 años... menos aún que la democracia estadounidense, por ejemplo, que como nación independiente se constituyó en 1776.
Además sus colores no representan, como alguna gente malintencionada dice e intenta hacer creer, a los distintos territorios del país. Su creación fue por unos motivos mucho más mundanos y pragmáticos de lo que algunos les hubiese gustado.
No se por qué alguien ve mal y quiera que sea constitutivo de delito el abuchearla o mofarse de ella y en cambio vean bien que la enguarren con los fluidos corporales producto de la excitación que les produce su simple visión (ondeando al viento si es posible y su fantasía patriótica así lo estima). Igual es que no me veo representado por un trapo de colores. Además todas las naciones tienen una. Hasta los piratas tenían su bandera. Y puestos a elegir, sinceramente prefiero esta.
Dicen que para gustos están los colores y si hay algo que tenga colores de sobra son las banderas; igual que ideas y casi tantas como las vergüenzas que muchos intentan tapar tras ellas.
Las banderas suelen ser el parapeto tras el que se atrincheran las ideas más bellas de libertad y justicia y a la vez las más horribles y terroríficas ideas de sometimiento y destrucción. Siempre las he considerado un timo en el que pican, por ignorancia y equivocación, los que menos tienen que ganar por defenderlas. De hecho no es que no ganen, es que suelen perder por su causa lo más preciado que tiene una persona, su vida. Y eso en un persona común y corriente es mucho perder. El lujo de perder la vida por una bandera es algo que solo se pueden permitir los ricos, poderosos y pudientes y si no me equivoco creo que no hay muchos de ellos que se hayan permitido tal lujo a lo largo de la historia.


(*) (Foto de Planiskpedia)