Mientras el mundo se va transformando en algo irreconocible para muchos de nosotros, debido sobre todo a grupos interesados de presión cuyas prácticas nos inquietan e intentan amedrentar a la mayoría, las personas capaces de ayudar a cambiarlo para beneficio de esa mayoría inquieta y amedrentada, que somos todos nosotros, parecen estar más interesados en hacerse pelotillas con las pelusas de sus ombligos que en mostrar a la gente hacia dónde nos llevan esos interesados grupos de presión y parecen haber olvidado también que el camino a seguir ha de ser señalado primero para que los demás sepamos por dónde continuar. Nadie se aventura por un camino desconocido si no ve una señalización al menos clara y legible.
Sabemos que el mundo no cambia porque sí y menos si las riendas las llevan los que siempre las han llevado, ya sea por voluntad divina (religiosa), voluntad real (monarquía) o voluntad político-económica (capitalismo).
Es muy difícil convencer a quién esté subido en el burro de que es mejor para todos que baje y vaya andando como los demás. Lo más seguro es que nos escupa en la cara, que lo que es mejor para todos, no tiene que ser mejor para él en particular.Que él es él y los demás somos todos...los demás. El mundo siempre ha sido reacio a cambiar desde esa perspectiva. Por lo tanto tenemos que cambiar dicha perspectiva para hacer cambiar el mundo.
Todos debemos ser conscientes que nuestro futuro como individuos, es nuestro futuro como humanidad. Cada acto individual que hacemos sin pensar en las consecuencias que puede acarrear a los que nos rodean, es una piedra en el zapato de nuestro futuro como sociedad. Es posible que el futuro sea negro para nosotros, pero por eso quiero aprender a moverme por la negrura, sin caer, sin tropezar, sin pisar a quien esté a mi lado, sin obstaculizar a nadie que esté en mi misma situación y para eso necesito señales de otros que, antes que yo y más capaces, se adentraron en esa negrura y vieron la luz o al menos la intuyeron y caminaron hacia ella, les sirvió de guía para no perderse y dejaron las señales para quienes viniesen detrás las pudiesen seguir, haciéndolas más claras, mejorándolas, actualizándolas...
El ciclo biológico, aderezado con unas gotas de más o menos suerte, es quien nos dirá hasta dónde podemos llegar. Algunos nunca conseguiremos que el futuro sea alguna vez nuestro presente, pero pese a lo incongruente que pueda parecer, alguna vez alguien lo logrará, aunque sea por un simple instante. Alcanzará ese futuro que todos anhelamos y tras tenerlo entre sus manos, lo dejará ir para poder seguir tras él y no perder la esperanza, porque el futuro es esperanza, llana y simple esperanza y sin esperanza no merece la pena nada. Una esperanza no basada en creencias divinas, ni en creencias abstractas sino, al contrario, en creencias concretas y tangibles y más concreto y tangible que el ser humano no hay...pese a que a veces nos defraudemos a nosotros mismos como nunca nadie, ni nada lo hace.
Creo firmemente que es posible cambiar el mundo, lo único que debemos hacer es aprender y empezar a hacerlo, cada uno de nosotros en la medida de nuestras posibilidades y capacidades. Dejarnos de ceremonias absurdas y de autocomplacencias, que además de alimentar nuestros egos, lo único que consiguen es que perdamos el tiempo, ese tiempo que deberíamos consumir para lograr ese cambio que tanto necesitamos como seres humanos.
Somos animales sociales, por mucho que nos empeñemos en lo contrario. La individualidad solo es original, sincera y aceptable y no un acto egoísta, cuando redunda en beneficio del mayor número de personas posibles. Grandes músicos, pintores, filósofos,etc...,su individualidad, su originalidad, benefició en forma de arte y pensamiento al ser humano y no solo a sus contemporáneos. Hoy disfrutamos de sus creaciones, de sus pensamientos, pese a que muchos llevan muertos varios siglos. Nos ayudan a vivir, nos invitan a seguir la luz que ellos vieron, intuyeron, una luz que tal vez, apenas vislumbraron. Nos ayudan a alcanzar ese futuro que anhelamos.
El acto de cambiar el mundo se puede lograr de muchas y muy distintas maneras. Hay determinados actos que por insignificantes que puedan parecernos pueden conseguir eso que se llama "el efecto mariposa" . La historia política y económica del mundo desde que es mundo está basado en continuos "efectos mariposa". Creo que es hora de conseguir que ese efecto tenga consecuencias benéficas para la humanidad en general y no solo para un puñado de individuos en concreto y en particular, como ha tenido ( y sigue teniendo) hasta ahora. ¿Cómo conseguir esto?. Observando nuestro pasado hasta la actualidad y haciendo que las alas de la mariposa aleteen de otra forma a como venían haciéndolo hasta ahora. Así conseguiremos que esos pequeños e insignificantes actos, que a manera individual muchos hacemos y más tarde se acaban convirtiendo en actos colectivos (paradójicamente y sin percatarnos de ello), sean las semillas, de las que algún día puedan llegar a germinar las ideas, que harán que el mundo tal como es hoy en día deje paso a otro más gratificante, fructífero y pacífico para la mayoría de personas que habitamos este planeta, para que este mundo deje paso a otro más habitable para la mayoría. Un mundo en el que cada persona pueda desarrollarse plenamente y de ese desarrollo personal salga beneficiada la sociedad en su conjunto. Utopía lo llaman a ese mundo aún inexistente. Futuro es su nombre para mí.
Pese a ser un descreído irredento, tengo fe en ello, tengo fe en que la humanidad sabremos encontrar los resquicios en los que meter la palanca y entre todos (todos los que quieran y realmente crean en ese futuro) logremos cambiar el mundo, pese a todos aquellos que no quieran, por no atreverse, por miedo, por egoísmo, por cobardía o por simple maldad, que también la hay.
No hay distancias insalvables. El conocimiento de nosotros mismos y nuestro entorno para poder vivir a gusto con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea en el mundo, debería ser la hoja de ruta a seguir por cualquier dirigente religioso, político y económico si realmente se dice y se siente humano. Sé que esto no es así y seguramente jamás lo será, mientras las circunstancias y el aleteo de la mariposa, siga haciéndonos creer que el mundo es un perfecto círculo y en nuestra ceguera acomodaticia no nos demos cuenta que la tozuda e insistente realidad, nos muestra lo contrario...aunque no lo parezca, el mundo está achatado por sus polos. Posiblemente el círculo es la figura geométrica más perfecta que existe. Está delimitada por una circunferencia, tiene un área definida y todos sus puntos son equidistantes entre sí. Es bastante común confundir el círculo (que es la superficie) con la circunferencia (que es la línea curva que lo delimita), al igual que es bastante común confundir el continente con el contenido, siendo ambas cosas distintas. También es habitual confundir confusiones con infusiones y la gimnasia con la magnesia. La vista y la memoria engañan incluso al más pintado.
Este mundo puede ser un bonito y agradable sitio para vivir si aceptamos que no es perfecto. Pero puede ser más bonito y agradable aún de lo que que nos gustaría que fuese, si asumimos que, aunque no lo parezca, además el mundo está achatado por sus polos. Y eso no nos debe importar para cambiar la perspectiva que hasta ahora hemos venido teniendo para vivir en él.