lunes, 20 de octubre de 2014

Money talks.

Lo malo de los atracones es que, quienes los cometen, siempre quedan en evidencia a la hora de defecar. Tanto atiborre de dinero tiene consecuencias en el sistema digestivo del sujeto, logrando que sus deposiciones sean motivo de estudio por lo tremendo de su tamaño. Comer tanto dinero atasca los retretes, haciendo que el olor sea insoportable, incluso para pituitarias acostumbradas a lo fétido.
Los daños colaterales que la avaricia y la desvergüenza dejan en su camino deberían ser calificados como terrorismo económico. Lo que ha ocurrido con los consejeros de la antigua Caja Madrid, actual Bankia, es un ejemplo, otro más, de como los terroristas campan por los consejos de administración de los órganos económicos con un desparpajo y una chulería digna de encomio. Han cometido un delito comparable con el asesinato en primer grado, y todavía están paseando por nuestras calles, en lugar de pasar los días en el chabolo de un centro penitenciario, escribiendo un diario, viendo programas del corazón y fumando Winston americano pasado de contrabando.
La sociedad, y por extensión: los políticos, los fiscales y los jueces, deben dejar de ver «ciertos» delitos económicos cometidos por «ciertas» personas, como las gamberradas de unos niños grandes que apenas tienen consecuencias sobre el resto. Las consecuencias de dichas acciones son graves y nos atañen y perjudican a todos. El robo y el desfalco de lo público debe ser castigado con contundencia... además de ser recuperado en su totalidad. Estos actos de terrorismo financiero no son un molesto, pero simple, dolor de muelas del sistema. Es un cáncer en toda regla cuya metástasis ha infectado todo el organismo. No hay que ser médico para comprobar que esas fistulas sangrantes no tienen buena pinta.
Aquí hay enlaces para entretenerse un rato con este asunto de las «tarjetas black» y de paso cabrearse hasta provocarse un infarto con tamaña desfachatez.
Podríamos estar hablando largo y tendido sobre lo malos, ladrones y mezquinos que esta gentuza son. Podríamos estar hablando hasta que se nos hinchase la lengua sobre lo «sorprendente» que resulta que nadie supiese, ni dijese nada sobre este expolio planificado con alevosía y desvergüenza, rayana en el escarnio, hacia el resto de la sociedad... pero  eso ni explica, ni soluciona nada, porque cuando el dinero habla todos callan.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Cambio de guardia en los cuarteles financieros.

A rey muerto rey puesto, y el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Hace tres días que el, hasta ahora, banquero más poderoso del país, Emilio Botín, pasó a mejor vida y su heredera ya ha cogido las riendas bancarias con sus correspondientes resortes para seguir con esa espléndida labor social que su banco realiza y que tantos réditos le aporta.
Aprovechando el funeral en la capital cántabra de Santander, la nueva heredera del emporio bancario del banco de Santander, se ha dejado ver junto al rey de España Felipe VI en las regatas del Mundial de Vela que dicha capital acoge. La imagen del rey con la ya presidenta del banco, dice mucho más que lo que deja entrever.
Ambos sonrientes y relajados dándose un garveo junto a unos cuantos barquitos de vela. No tienen mucho que hablar, pues todo está ya dicho. La complicidad entre poderosos no necesita de palabras. A penas algún gesto como este es suficiente. A buen entendedor pocas palabras bastan, como afirma el dicho.
Esta foto de presentación en sociedad demuestra que las cosas siguen en su sitio. La maquinaria funciona a la perfección. El engranaje que la mueve está perfectamente engrasado. La pieza que falla o muere, se recambia de inmediato y todo sigue como si nada hubiese pasado.
A nadie que conozca como funciona realmente el mundo le debe extrañar que alguien como Ana Botín, que controla tan solo unas pocas acciones del Santander, acabe siendo la presidenta del grupo bancario. Eso dice mucho de lo democráticamente que funcionan los estamentos que rigen nuestras vidas y destinos. Se llamen dichos estamentos monarquía o capital financiero. No solo se miran los méritos que uno tenga, también se mira, y más que dichos méritos, la cuna de la cuál procedas.
Mientras en Cataluña están entretenidos y nos entretienen con el proceso soberanista, los mandamases se relajan disfrutando de unas bonitas vistas en la costa santanderina, casi agarrados de la mano, dejando patente lo que realmente es importante, mientras en la tumba del anterior presidente bancario se empiezan a marchitar las flores.
En los cuarteles financieros han cambiado de guardia, discretamente, sin estridencias y sin la rimbombancia de los cambios de guardia del palacio de Buckingham. Cuando quieren son austeros con sus cosas.

domingo, 10 de agosto de 2014

El Ébola llega en primera clase y con la bendición divina.

Entubado, aislado y con escolta. Así ha llegado el sacerdote español contagiado del virus de Ébola a España. 
Que una religiosa congoleña, también contagiada del virus, se haya quedado atrás y haya muerto en Liberia, no debe entristecernos. Los congoleños están hechos de otra pasta... y además no son españoles, pese a pertenecer a la misma orden religiosa que el misionero Miguel Pajares, la Orden de San Juan de Dios.
En el avión, especialmente fletado por el gobierno español, sólo había sitio para un infectado. Lo bueno de viajar en primera, aunque sea en camilla, es que no tienes que darte de codazos con el viajero/paciente de la camilla de al lado. Incluso en las órdenes religiosas hay clases. 
Se rumorea, pues el gobierno español no ha soltado palabra sobre el asunto, que la repatriación del misionero ha costado un milloncejo de euros poco más o menos. Poca cosa para salvar una vida... más si es de un religioso, español y perteneciente a una congregación religiosa que es buen cliente de la bolsa.
La ciencia está de enhorabuena, pues sin la mediación divina y con el total apoyo sanitario, monetario y logístico del estado español —además de contar con la inestimable ayuda del departamento de Defensa de los EEUU—, parece ser que dicho sacerdote va a poder seguir su labor evangelizadora unos cuantos años más, al vencer el mortal virus. 
Un estado que se preocupa así por sus ciudadanos, sean quienes sean estos, es digno de llevar con orgullo, honor y honra el nombre de su país por los cuatro puntos cardinales del mundo mundial. Cada día que pasa de gobierno del PP me siento más patriota, más misionero y más en paz con Dios y los hombres.
Que el resto del mundo aprenda que con Dios, la Iglesia, el PP y los EEUU de nuestra parte, no hay Ébola que nos pare. Salvar una vida no debe retraernos a la hora de sacar la cartera pública y correr con todos los gastos. Salvar un misionero es invertir en el futuro. Los negritos del África necesitan de los misioneros occidentales, a ser posible blancos, de raza caucásica para que no se salgan del camino marcado. Un camino previamente trazado por un Dios de raza caucásica y representado por hombres blancos, por si alguien no lo tiene claro.
Por mi parte, espero que no me seden, esposen al asiento, me metan un balazo en la cabeza y me tiren en pleno vuelo, si alguna vez toso más de tres veces seguidas proveniente de un país africano que sufre una pandemia. Por si acaso me enrollaré en la muñeca un rosario para demostrar mi fe.

sábado, 2 de agosto de 2014

Catalonia is different? No tanto.

En todos los sitios cuecen habas y en Cataluña no iba a ser menos. Allí además las cuecen con butifarra.
El «molt honorable» Jordi Puyol ha resultado ser no tan «muy honorable». 
El que fue, durante 23 años, presidente de la Generalitat de Catalunya, el señor Jordi Puyol, ha confesado que tuvo dinero sin declarar en cuentas bancarias extranjeras —y aquí el extranjero se refiere a más arriba de los pirineos, no al resto del estado español—, producto de una herencia de su padre que recibió en... ¡1980! Por lo visto se le olvidó regularizar dicha herencia paterna. Estos gobernantes tienen tantas cosas en la cabeza que ya se sabe...
Investigando a uno de los hijos del señor Puyol, el señorito Jordi Puyol Ferrasola, resulta que los investigadores encargados han empezado a sacar basura y billetes perdidos debajo de la alfombra con el emblema familiar Puyol-Ferrasola. 
Padre y President. Madre y mujer de President, además de abnegada esposa. Hermanos y demás hijos de President... Si tuviesen gato es seguro que también habría metido la zarpa y estaría pringado hasta el cascabel en algún chanchullo puyoliano. 
Hay familias que porque son de Cataluña —o del estado español—, que si me dicen que son de Calabria, Nápoles o Sicilia no me extrañaría nada. Algunos no sólo ejercen de padre, también ejercen de padrino... a lo mafias. Capisci?
Tantos años haciendo y deshaciendo desde las altas esferas nunca es bueno. Asentar el trasero en la poltrona durante más de dos décadas, votado democráticamente faltaría más, no va bien para según que cosas. La honestidad, honradez y humildad son tres de esas cosas que salen malparadas en las cualidades que se le han de suponer a un político, que además gobierna. 
Acabar creyendo que el coche oficial forma parte del patrimonio familiar y puede ir uno al Carrefour a hacer la compra de la semana, o acercarse un momento a Suiza a arreglar unos asuntillos bancarios aprovechando que la gasolina y el chófer lo pagan los contribuyentes —incluyendo los votantes irredentos—, son algunas consecuencias de estos males que luego acabamos pagando el resto de los ciudadanos —catalanes y españoles, lo mismo da—.
Lo que no me acaba de cuadrar es que alguien lleve tanto tiempo llevándoselo calentito, y ahora, cuando ya tiene a toda la familia bien situada, ahora, que ve feliz desde su retiro espiritual a sus retoños brincar por entre las masías haciendo negocios sin miedo a nada ni a nadie, ahora repito, salga todo a la luz... como si nadie antes supiese lo que pasaba.
Y es que, tanto en Cataluña como en el resto de España —incluyo y me refiero a España también como a las cuentas de ciudadanos españoles situadas en los distintos y múltiples paraísos fiscales—, nadie sabe nada... de nada ni de nadie.

domingo, 27 de julio de 2014

Agua que no has de beber...

Agua. Inodora, incolora e insabora. Es vida, además de ser lo mejor para la sed. 
Somos agua en un 75% al nacer y en un 65% al ser adultos. Las tres cuartas parte del planeta son agua. Salada, pero agua. El hecho de que sea salada, no importa. La naturaleza se encarga (si no se interfiere en ello) en desalar y hacer apta para el consumo animal, vegetal y humano ese agua salada. La naturaleza es sabia pese a no tener ninguna titulación académica enmarcada en la pared de su despacho. De hecho la naturaleza no tiene despacho. No lo necesita.
El agua, como muchas otras cosas básicas e imprescindibles para un buen y correcto vivir de las personas, ha sufrido ataques especulativos por parte de entidades y personas que pretendían, y siguen pretendiendo, apropiarse de su gestión y distribución... para su propio beneficio. Apropiarse del agua es como apropiarse del aire. Por algo tiene una parte de oxígeno por cada dos de hidrógeno. Ese conocido y famoso H2O. Sin agua, no hay vida. Y sin vida no pintamos nada por aquí.
Leyendo esta noticia parece que en algunos sitios están empezando a reaccionar. 
Todo en esta vida es política, pero no todo es negocio. Ese pequeño matiz es lo que nunca debemos olvidar para no convertirnos en depredadores de nuestra propia especie. 
Desde hace unos pocos años nos ha entrado una fiebre del agua altamente contagiosa.  El consumo de agua embotellada se ha disparado hasta límites nunca antes imaginados. Estamos desecando a un ritmo endiablado los pozos y manantiales que tenemos bajo nuestros pies. Hay zonas del planeta que están completamente desérticas. Existen guerras entre países cuyo principal motivo es el agua. El agua nos da vida y por agua matamos. 
Pero, lo que resulta tremendamente raro es que, al menos en lo que atañe a España, no existan unas políticas que defiendan con contundencia la gestión pública del agua. Los gobiernos no deberían temer que los acusasen de socializar el agua. Ya han adquirido costumbre al socializar las pérdidas producto de la mal llamada (y última hasta el momento) crisis bancaria. 
Paradójicamente, a los ciudadanos siempre intentan bailarnos el agua cada vez que a alguien se le ocurre una brillante idea para ahorrar dinero público producto de un bien público. Privatizar usando un eufemismo ridículo e insultante para quitar lo que es de todos, es robar. Así de simple. No hay sinónimo para esa acción especulativa que tanto suele aplaudir y jalear la derecha rancia, arcaica y simplona a la que estamos sometidos democráticamente desde hace algunos años.
Además, el agua tiene una particularidad que pocos otros elementos tienen. Es sólo pensar en agua y entra sed. Pero sed de la buena.

sábado, 5 de julio de 2014

Decretolandia.

Desde hoy Sábado tenemos nuevas normas en nuestro democrático país.
La noticia, pese a pasar desapercibida por los medios generalistas, contiene la esencia de lo que el PP entiende como «maneras correctas» a la hora de gobernar. Y eso que tienen mayoría absoluta en el parlamento. Pero no les basta con eso. Si pueden evitar dar explicaciones, pese a que tengan todo a su favor, evitarán darlas. El vulgo y el populacho no merecen el tiempo que a los terratenientes de la política cavernaria les supone pararse a dar explicaciones de algún tipo a su despolitizado, desmotivado y aborregado pueblo. 
Su ramalazo autoritario, por mucho que se bañe de palabrería mentando la constitución y la democracia a todo momento, no es más que basura disfrazada de barato ambientador de retrete de estación de autobuses. El olor a orín y mierda mal desaguada persiste a poco que inspire uno fuertemente. Hay olores, que solo se van con sosa y restregando con ganas.
Se dice pronto que 172 páginas llenas de ideología marchita y favoritismo hacia determinadas empresas y colectivos como los registradores de la propiedad, que casualmente es la profesión del presidente de gobierno Rajoy, acaben por ser norma de obligado cumplimiento porque así lo quieran y deseen nuestros cabezas pensantes gubernamentales. ¿Dónde quedó la confrontación de ideas y el diálogo? Tengo la sensación que nunca jamás hubo nada de eso en los genes de la identidad populera.
El estilo de gobernar a lo anuncio de champú L'oreal "Porque yo lo valgo" no sólo nos está atrasando y retrayendo en eso de ser una verdadera democracia, sino que está sentando las bases (si no están sentadas ya) para conseguir ser alguna vez un auténtico país en el que la democracia no se quede en un simple palabro en boca de unos señores con traje y corbata sentados en un escaño, demasiado acostumbrados a sacar las papeletas que les refrendaron en las urnas a la mínima que pueden para justificar sus pobres y miserables actos de enanismo político y humano.
Piensan que todo este país les pertenece por herencia y rango. Piensan que los demás no solo debemos obedecer sin chistar, sino que además no debemos tener oportunidad ni siquiera de intentar hacerlo. Piensan que ellos son buenos y mejores... y realmente en lo suyo lo son con diferencia. Las serpientes venenosas son únicas a la hora de inyectar veneno. La serpiente del PP además procura que no tengas antídoto a mano para evitar salvarte.
Decreto va y decreto viene, el desdecretador que lo desdecrete no lo va a tener fácil. Están convirtiendo el BOE en un campo minado de trampas de efecto retardado. Desovillar tanta inmundicia-ley no va a ser tarea fácil. En el país de los decretos nadie está a salvo de ser reprendido y amonestado... excepto si eres quien los firma.

miércoles, 11 de junio de 2014

Transición 2.0 (Otra vez nos la han colado).

¿No quieres caldo? ¡Toma dos tazas! 
La generosidad de nuestra clase política hacia nosotros, su pueblo, llega a ser un tanto cargante, por no decir asfixiante, además de improcedente.
Como esto es una democracia, y el hecho de tener un parlamento parece ser la única manera que tienen nuestros próceres gobernantes de demostrar tal afirmación, parlamentariamente se ha decidido, por amplia mayoría, aprobar la ley de abdicación que, con carácter de urgencia y en menos de una semana, se ha sacado el gobierno de la manga.
Este churro de ley de abdicación, no nos engañemos, es tan solo la punta del iceberg de una cuestión de mucho más calado. El derecho a decidir la forma de gobierno que los propios españoles queramos tener. República o monarquía.
Repito, es la punta del iceberg donde podemos ver a las focas rascándose la barriga, mientras por debajo del nivel del mar, el hielo acumulado da para, en caso de deshielo, inundar la práctica totalidad de las zonas costeras donde toma el sol nuestra sacrosanta constitución. Pero tranquilos, los poderosos suelen quedar a salvo de inundaciones. Sus oficinas suelen estar en los pisos altos de los barrios financieros.
Algo tan esencial como la forma de gobierno no es una cuestión para dejarla por más tiempo arrinconada en el desván de nuestra historia. Y decir que este modelo de estado ya está votado por todos los españoles es cuanto menos retorcido e inexacto. Esta democracia que los españoles nos dimos, según nos cuentan algunos entendidos a la mínima oportunidad que tienen, venía en un pack ahorro de 2+1. Democracia + monarquía. Sí, parlamentaria, pero monarquía. ¿Por qué no haber aprovechado el momento para haber pedido la restauración de la República? Algunos dicen que no era el momento, eran momentos difíciles en los que el riesgo de involución era palpable...Totalmente de acuerdo. Pero ¿y ahora? Ahora, por lo visto, tampoco es el momento debido a que el país está atravesando por dificultades económicas, judiciales y políticas. Vamos, que hay otras cosas más importantes en las que pensar... según nos dicen. Cualquiera que haya intentado pedir un aumento de sueldo estará familiarizado con dicha excusa. Nunca es el momento adecuado. ¿Por qué? Muy sencillo, nadie se deja perder un chollo para toda la vida, y menos de motu proprio. La deshonestidad y la deshonra también visten de Prada. 
Algunos seguiremos pidiendo y exigiendo algo tan lógico y democrático como elegir a nuestro jefe de estado... pese a él. Algunos seguiremos ridiculizando y denunciando a la monarquía por muy democrática que se haga llamar. Y si hay algo más tonto que un porquero monárquico, eso es un republicano apoyando una monarquía. No es agradable ver a alguien que se hace llamar republicano ayudar al rey a calzarse las botas con las que da patadas en el trasero a todos aquellos que no son como él, ni llevan su sangre.
Ya sé que hay repúblicas dictatoriales, tantas como monarquías absolutistas. La democracia puede faltar en cualquiera de ellas. No llevan el gen democrático porque sí, a no ser que la democracia forme parte de su ADN. De ahí la necesidad de vigilar el pedigrí democrático a la hora de inseminar cualquier constitución, sea republicana o monárquica. 
Este rey que nos deja, juró cumplir las Leyes Fundamentales y guardar lealtad a los Principios del Movimiento Nacional. Con esas mismas palabras. Por lo tanto, si además no olvidamos que se saltó la linea sucesoria que le correspondía a su padre Juan de Borbón para agradar y obedecer la decisión del dictador fascista Francisco Franco, para mí este rey no solamente ha sido ilegítimo, sino que todo su reinado ha sido un fraude. Que ahora diga que abdica en su hijo no me soluciona nada. El error pervive en Felipe VI, mientras no sea un rey refrendado, no solo por el parlamento, sino por el pueblo. ¿Y como se puede refrendar por el pueblo? Para eso están los referéndum.  ¿Y qué es un referéndum? Eso que lo conteste la RAE.



lunes, 2 de junio de 2014

El rey abdica, ¿y tú Felipe?

Últimamente, este país —marca España para los emprendedores— nos está dando tantas sorpresas sin parar que apenas podemos asimilarlas de una en una, y mucho menos en conjunto.
Tras las últimas elecciones europeas el mapa político resultante en el país ha cambiado bastante. 
Los partidos de izquierda, por primera vez en la escasa historia de democracia tutelada que disfrutamos, han superado en número de votos a los dos partidos mayoritarios hasta ayer. PP y PSOE.
El guantazo electoral, pese a no ser unas votaciones nacionales, autonómicas o locales, es considerable. 
Los nervios se han apoderado de las cabezas pensantes que dirigen el cotarro, y ante la irrupción de algunos grupos minoritarios y nuevos que apenas nadie tenía en cuenta, a las chachas encargadas de limpiar y acomodar a los invitados en esta bonita democracia nacida de una tromboflebitis aguda, las están volviendo locas. Confunden los cubiertos de sitio, echan agua en las copas de vino, además de no saber con exactitud dónde sentar a los comensales recién llegados a palacio.
Hoy nos estamos desayunando, almorzando, comiendo y seguramente merendaremos y cenaremos con la noticia del año. El rey Juan Carlos I abdica.
Para un rey abdicar es como dimitir, para que nos entendamos. Ha decidido desaparecer de la vida pública e institucional, para dedicarse a aquello que siempre le ha gustado. Sean cuales sean sus gustos y aficiones. Aunque nos las podemos imaginar después de 39 años como jefe de estado. 
Creo que ha superado en longevidad en el cargo al que fue dictador —para algunos tan sólo autoritario— Francisco Franco. Como buen alumno aventajado, siempre el alumno ha de superar a su maestro.
Como en toda buena dimisión o abdicación que se precie, alguien tiene que sustituir a la persona dimitida. En el caso de los reyes, son sus hijos los encargados de hacerlo. Al igual que las sagas familiares todo debe quedar en familia para mantener su propia supervivencia. En las casas reales no existen oposiciones que valgan. Se les forma desde la cuna para ser reyes. Dios, la tradición y la costumbre de hacerlo avalan tales herencias. No preguntéis porqué.
La abdicación, desde el punto de vista de un republicano, y tomando un símil taurino —siento el símil por simplón— no es más que dar la alternativa, y de paso la muleta y la espada de matar, a sangre nueva... y azul por supuesto. Es decir autoperpetuarse. 
Lo veo lógico. Todo bicho viviente lo que desea es sobrevivir y dejar descendencia para la continuación de su especie. Si pudiese yo también lo haría. Pero siendo un simple trabajador es algo más complicado eso de sobrevivir e intentar perpetuarse. Hay normas y leyes que aunque no lo dicen claramente, sí que lo demuestran e impiden de manera fehaciente.
Pero claro, hablar de reyes y de trabajadores en la misma frase, a más de uno le puede causar convulsiones y taquicardias desagradables. Así que lo dejamos por hoy.
Hemos avanzado algo. No suele ser habitual que un rey abdique, lo normal es que muera en el trono y con la corona puesta antes de dejar disfrutar la herencia a los hijos. Yo, sinceramente, de don Juan Carlos no me esperaba esto. 
Ahora hay que avanzar más. ¿Felipe VI estará otros 39 años en el trono, o decidirá dejar esto de reinar para aquellos que saben de eso: el pueblo?

martes, 13 de mayo de 2014

Hipocresía y cinismo electoral.

Hoy, los actos de campaña de los distintos partidos políticos para las elecciones europeas están de luto.
Una representante política del PP, además de presidenta de la Diputación de León, ha sido asesinada.
La policía investiga el crimen y las autoras, una madre y su hija, fueron detenidas minutos después de cometer dicho crimen. 
Parece ser que los motivos que llevaron a este asesinato, es algo personal entre la hija detenida y la política asesinada. Nada que ver con un asesinato político, por mucho que eso frustre las esperanzas de carnaza y bilis de la derecha rancia y cavernaria de este país.
Además se da la circunstancia que la hija detenida pertenece al mismo partido que la presidenta asesinada. Incluso fue en las listas del partido en la provincia en una ocasión, aunque se quedó finalmente fuera.
A riesgo de parecer insensible, no me parece bien este parón en la campaña electoral. Eso de parar campañas por un asesinato motivado por algo que no tiene que ver con la política, no cuela. Y todos los partidos políticos han tragado con la sibilina justificación del PP. La hipocresía también se puede ejercer por pasiva, no sólo por activa. 
Casi seis millones de parados, y decenas de desahucios diarios, no son suficientes para parar nada en este país. Que el índice de suicidios suba ha medida que sube la desigualdad y la injusticia en España, no es motivo tampoco para parar nada. Queda claro que dependiendo quién muera, y como muera, es el único motivo por el que el gobierno, y parece ser que el resto de fuerzas políticas también, hacen homenajes y excepciones en plena campaña.
Existe un programa de televisión que se llama: "1000 MANERAS DE MORIR". En él se pueden ver la cantidad de motivos por los que muchas personas mueren, y morir a causa de unos disparos es tan solo una de ellas.
El PP ha metido un gol por toda la escuadra al resto de partidos y les ha hecho adoptar su esquema de juego. 
Ha atado las manos a sus contrincantes políticos al parar la campaña, pero ellos de alguna manera, siguen haciendo campaña... por otros medios. Criticando torticeramente no el asesinato en sí, sino según su delirante entender, cargando contra las legítimas críticas que la política en general, y algunos miembros del PP en particular, están recibiendo por parte de la ciudadanía y los pocos medios de comunicación que aún mantienen su honestidad, objetividad e independencia.
La doblez interesada y la brutal mezquindad de toda esta estrategia de la derecha mediática que se vale de un cadáver al que aún no han enterrado da nauseas. La conformidad con que el resto de los partidos políticos han decidido seguir el juego al partido en el poder... inquieta.

domingo, 27 de abril de 2014

Canonización exprés y televisada.

Hoy, la iglesia católica y el calendario gregoriano están de celebración.
Van a ser subidos a los altares dos hombres santos. O algo así nos cuentan.
Uno es Juan XXIII, Papa de Roma desde 1958 hasta 1963, año en que falleció. El otro es Juan Pablo II, igualmente Papa desde 1978 hasta 2005, año de su muerte.
Soy el menos indicado para decir quien puede o no, ascender a la santidad, pero con todo el guirigay que hoy  tienen montado en la Santa Sede, a uno no le queda más remedio que sacudirse las telarañas dominicales, e intentar participar también de tal alegría, mientras por el rabillo del ojo observa al gato encerrado que ronronea en dicho evento, al constatar los años que deben pasar para algunos a la hora de ascender en categoría, y el poco tiempo que les cuesta a otros llegar al mismo peldaño... milagros requeridos para dicho fin aparte.
La rapidez que se ha ejercido para canonizar a Juan Pablo II, en comparación con su otro compañero de santificación, es un claro caso de desigualdad entre Papas, y sobre todo es un claro ejemplo de desigualdad entre santos. Mas de 50 años de espera para uno y menos de diez años para otro. Aquí alguien ha decidido obsequiarnos con un «caballo de Troya» santoral que abre la puerta, a partir de ahora, a muchas interpretaciones a la hora de santificar a más gente.
Parece ser que los encargados de estos ascensos, no solo miran la trayectoria personal a lo largo de la vida de los candidatos, también miran su tirón mediático, a la hora de puntuar en santidad. 
En el caso de Juan XXIII, llamado el «Papa bueno», su trayectoria llevando las riendas de la Iglesia, posiblemente encaje en eso que los creyentes llaman santos, más que nada por su intento de apertura y cambio de actitudes en la curia, y su actividad en favor de la paz mundial en una época convulsa políticamente, cosa que incomodó sobremanera en el propio seno de la iglesia y, por el contrario, alegró y atrajo a multitud de fieles y creyentes católicos y no tan católicos. Luego, tras su muerte, realizó un milagro sanando el estómago de una monja. Con eso, la santificación era una simple cuestión de tiempo. 
Sobre milagros, número de milagros y apariciones, me abstengo de decir nada. Al menos hoy.
En el caso de Juan Pablo II, conocido como el «Papa viajero», la verdad es que, viendo la trayectoria de este hombre, lo único cristiano que le he visto hacer fue suceder a su antecesor Juan Pablo I, muerto al mes de acceder a su cargo. Con la llegada de este Papa a Roma, la iglesia católica dio un paso atrás en el tiempo, y quedó anclada en una época anterior a la llegada del intelecto, del entendimiento, de la razón y la ciencia a las personas. Pese a aprovechar los recursos tecnológicos existentes a la hora de extender su mensaje evangelizador. Época, por cierto, que aún colea, pese a los, parecen ser, intentos del actual Papa Francisco en avanzar al mismo paso que el resto del mundo y así poder quitar el pelo de la dehesa oscura y medieval que Juan Pablo II dejó adherida en los misales. Amante de los grandes escenarios y las ceremonias multitudinarias al visitar países, puso de moda besar el suelo al bajar del avión nada más aterrizar, y en la última etapa de su apostolado, enfermo y notablemente avejentado, también puso de moda dormirse en mitad de la misa. Como mandan los cánones de la iglesia, también superó la prueba de los milagros tras su muerte, al curar a dos personas. Una monja con párkinson, y una señora con aneurisma que, por lo visto, rezó al difunto Juan Pablo II.
Voy a omitir, otra vez, cualquier alusión a dichos milagros, su número mínimo para optar a título de tal y curaciones in extremis con las que nos obsequian estas historias de santidad.

Aquí, en España, los medios de comunicación han seguido con gran interés tales santificaciones. Al igual que los medios desplegados para retransmitir un partido de fútbol, ningún medio parece haberse quedado corto en cuanto a personal y medios técnicos para seguir tan importante evento. Lástima que no haya más santificaciones en directo como partidos de fútbol hay al cabo del año. El olfato periodístico para dar las noticias que interesan a la gente, parece haberse perdido en favor del conformismo con el poder establecido y de los anunciantes con silla en los consejos de administración de los propios medios informativos. Uno ya no sabe si las noticias, en realidad, no son más que publi-reportajes descarados de los que pagan los espacios para la publicidad en los medios de comunicación.
Ser un estado aconfesional, al menos en España, ayuda al hecho de poder ver, sin salir de casa, una misa televisada todos los Domingos por la televisión pública. Y como no todos los días santifican Papas, está claro que además, hoy hemos tenido el privilegio de asistir a una doble santificación papal en directo, minuto a minuto, para no perdernos nada de tan interesante acontecimiento. Con tanto fervor religioso por parte de algunos compatriotas a la hora de dar noticias de tal calibre, y de otros a la hora de verlas, parece ser que estoy en buenas manos. Una buena parte de nuestros representantes políticos se han dejado caer por la plaza de San Pedro para apoyar con su presencia dicha santificación.
En fin, que «a quién Dios se la de, San Pedro se la bendiga». Si no digo nada de la gente que ve programas de cotilleo, no voy a decir tampoco nada de quienes prefieren ver en la tele a señores mayores, vestidos con ropas y gorros extraños, hablando de Dios con un tono amanerado y monótono. Desde que se inventaron los reproductores dvd, quien no ve cine en casa es porque no quiere.




miércoles, 23 de abril de 2014

Juicios de jueces sin juicio.

Que un caso como el de Miguel Blesa, expresidente del consejo de administración de Caja Madrid, acabe tapado por el juicio al que está sometido el juez que enjuició su caso, es típico de este país tan bellotero. 
Los que no vestimos toga para dirimir nuestras diferencias, no sabemos, ni imaginamos los intríngulis judiciales con que tienen que lidiar los encargados de impartir justicia, y casi es mejor callarnos, no sea que nos llamen demagogos, o algo peor.
Independientemente de los errores cometidos por el juez Elpidio Silva en su doble intento de meter entre rejas al señor Blesa, la petición de 30 años de inhabilitación por prevaricación que le pide la acusación resulta chocante. Y puede dar gracias porque la acusación particular del propio Blesa pide 40 años de inhabilitación. De la velocidad para encausarle que ha tenido el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, solo decir que es digna de encomio.
Que luego no diga nadie que en España no hay democracia. Se nota que los años, para el señor Blesa, no tienen el mismo valor que los euros que algunos de sus antiguos clientes han perdido bajo su presidencia en la entidad que hoy se conoce como Bankia. Si me intentas condenar a 20 años, te inhabilito por 40. A ver quién la tiene más larga.
Yo pensaba que los jueces del TSJM eran personas serias y formales, la toga para eso ayuda mucho, pero sabiendo cosas como esta, uno pierde la esperanza de poder ver un auténtico thriller judicial de los que hacen época, y tan solo espera acabar viendo un paripé entre competidores togados. Una versión judicializada de lo que ocurre en nuestros ruedos parlamentarios.
Política judicializada. Justicia politizada. Togas que dejan asomar carnets caducados de partidos. Políticos que dejan entrever por los puños de sus trajes togas raídas y rancias. Folclore político-judicial amenizado con subterfugios del código penal y programas electorales incumplidos.
No pasa nada, la veracidad se supone que es innata en la autoridad, ya sea esta, judicial, policial, política o empresarial. Y así nos va.
Tantos artículos penales, tantos decretos leyes aprobados por mayoría absoluta y absolutista, tantos códigos de buena conducta, acaban abrumando nuestras ignorantes cabezas para estas cuestiones de «realpolitik» que no entendemos, y se preocuparán de que jamás entendamos.
Dura lex sed lex, que los profanos en materia judicial, gracias a cosas como estas, acabamos entendiendo algo así como «con sed bebe en duralex».

miércoles, 16 de abril de 2014

Procesiones 2014.

España, desde hace años, vive una Semana de Pasión continua y constante a la que nadie parece saber, ni querer, atajar.
Nuestra afición religiosa a las colas, ya sea para sacar al santo de turno, o para acudir al fútbol, ha encontrado su razón de ser en los altos índices de paro que asolan el país. 
Las cinco regiones de la UE con más paro resulta que forman parte de esta piel cuarteada de toro que es España. Otra muesca para la relumbrosa marca España.
Nuestro registro genético a no saber, o no querer saber, por dónde nos sopla el aire, no da muchas esperanzas de que esto vaya a cambiar, pese a la fe religiosa de nuestra ministra de Trabajo, Fátima Bañez. Tanta ignorancia vestida de inocencia no es normal. El infantilismo ministerial  avergüenza más que tranquiliza.
Tengo tan poca fe depositada en nuestros gobernantes, que el día que estas procesiones camino del SEPE dejen de ser visibles, pienso que será porque la gente se ha concienciado y ha empezado a usar masivamente la opción telemática. Pero no porque se haya solucionado el problema, sino por ser la única manera de evitarse colas y esperas innecesarias. Al igual que el soterramiento de la M-30, será una manera de esconder bajo tierra los atascos. Uno no quiere ser mal pensado pero los hechos cantan, y los datos son demoledores, pese a la fe inquebrantable de nuestros dirigentes en creer todo lo contrario.
Y mientras, nazarenos, penitentes y cofrades, conmemoran la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Las iglesias sacan su artillería pesada, y los creyentes sinceros, creyentes a secas, curiosos y profanos, asisten a las múltiples procesiones y representaciones de la Pasión, a poco que se despisten en alguna calle del casco viejo de cualquier ciudad.
Las carreteras se llenan de tráfico para huir unos días a las playas y al campo. Procesiones laicas en busca de una Redención en forma de descanso. Un «Spring Break» que aquí teñimos de negro y morado. Vestigios de una tradición que cuenta historias que apenas ya nadie entiende, ni parece querer entender.
Algunos miembros de nuestro católico gobierno, se fotografiarán como creyentes fervorosos de una religión que, originariamente al menos,  predicaba la caridad, la prudencia, la justicia y la templanza entra algunas de sus virtudes cristianas. Tengo grabadas unas cuantas risas enlatadas para cuando vea tales imágenes. Risas aseguradas, por si me pilla sin ganas.
Ya sabemos que el hábito no hace al monje, pero aún así se hace raro contemplar tales dechados de virtudes practicando todo lo contrario de lo que sus propias creencias dictan, y sus propios hechos demuestran.
Fariseos, hipócritas, sepulcros blanqueados... no lo digo yo, lo dijo, según La Biblia, ese tal Jesús, que estos días pasean por toda España medio desnudo, desangrado y coronado de espinas, antes de dejarlo clavado y colgado de unos palos. 
Lo malo es que al tercer día le dio por resucitar. A partir de ahí el cuento deja mucho sitio a la imaginación. Además, sin cuerpo no hay delito. Y así es difícil demostrar nada.
Eso de saber que tras la muerte, con sólo haberse arrepentido, nos espera la vida eterna, está haciendo mucho más daño que bien al poder judicial.
Golpes al pecho, latigazos en la espalda, y algún que otro indultado que, en agradecimiento a tanta magnanimidad de la Justicia, se siente obligado a cargar con la pesada imagen de algún cristo o alguna virgen redentora, para demostrar su sincero arrepentimiento y total agradecimiento.
Me quedo, de esta Semana Santa, con esa nueva realidad española que dice nuestra beata ministra de Trabajo. La verdad, tampoco se diferencia mucho a lo que ha sido siempre. Una mierda pinchada en un palo. Todo lo santa y sagrada que se quiera, pero igual de mierda. Me refiero a la realidad española.




martes, 15 de abril de 2014

La escombrera europea.

No tengo datos para asegurar si en el resto de países europeos, son igual de dejados que en España, a la hora de enviar a Bruselas a sus representantes políticos.
En este país parece como si a nadie le importase Europa, cuando es precisamente allí donde se corta todo el bacalao que luego nos hacen tragar con espinas y escamas.
Ser europarlamentario español, lejos de parecer una responsabilidad abrumadora, es visto más bien, como un exilio dorado, previo a una feliz jubilación. Da la sensación que cuando en un partido deciden mandar a Bruselas a un candidato para representar los intereses nacionales, lo hacen para deshacerse de él a nivel nacional, pero tendiéndole un puente de plata. De alguna manera se lo quitan de encima, pero agradeciéndole a su vez los servicios prestados. Igualito que al común de los trabajadores.
Para España, Bruselas es una escombrera de lujo... que pagamos todos.
Por parte del PP, como cabeza de lista para las europeas, mandan al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Arias Cañete. El señor Cañete, dejará el ministerio y se dedicará a promocionar jamones de bellota por los pasillos europeos, y de paso a promover su candidatura a comisario europeo. Ya puestos a promocionar...
Además, según sus compañeros de partido, el haber sido durante 13 años europarlamentario, le da suficiente experiencia para acometer dicha empresa. Parece ser que la experiencia laboral solo es reconocida en política. En los demás ámbitos, la experiencia es vista como una traba para ser flexible ante las diversas reformas, circunstancias y necesidades laborales del mercado.
Tras su polémica «Ley de Costas», por la que deja la costa española con casi más cemento y ladrillo que cuando entró al hacerse cargo de la cartera ministerial, de algún que otro tropezón en forma de consejo-receta-máxima, y de la casi desconocida «Lucha por el control de Deoleo», lo único que parece claro es que es un ministro que se sienta a dialogar —especialmente ante una buena manteca colorá—... aunque luego no haga caso de nada, pues ya salió de casa con su decisión adoptada bajo el brazo.
Lo bueno de todo esto, siendo profundamente optimistas, es que parece ser la única manera de cambiar el gabinete de don Mariano Rajoy, persona ésta don Mariano, que no lleva muy bien eso de reformar ministerios, cosa sorprendente visto su afán reformista en otros lares, como puedan ser las últimas y nefastas reformas laborales y judiciales que campan por esta sorprendente España.
En el salvaje mundo laboral en el que nos están haciendo sobrevivir actualmente como peces fuera del agua, cuando quieren desembarazarse de alguien lo mandan a la puta calle  —así sin vaselina ni medias tintas—, y no lo «promocionan» en el ámbito europeo. Derechos adquiridos, he de suponer, por algunos políticos, a los que su estatus les convierte en una casta diferenciada de los demás.
Creernos europeos de primera, cuando aún somos españoles de segunda, no ayuda mucho, la verdad.

lunes, 14 de abril de 2014

III República.

Un 14 de Abril más en el que rememoramos y homenajeamos la Segunda República, y reivindicamos, de paso, la restauración de la Tercera República.
A riesgo de parecer un iluso optimista, tengo la convicción de que cada vez estamos más cerca de conseguirlo. 
Faltan pasos, faltan actitudes, faltan consensos, y sobra mucha mala fe por parte del poder establecido y de los sectores económicos perfectamente incrustados en esta monarquía parlamentaria. Pero pese a todo y pese a todos, la República será de nuevo traída por los ciudadanos comprometidos con los valores republicanos.
A nivel colectivo, a nivel individual, todos y cada uno de nosotros debe seguir trabajando por dichos valores. Así se construye República. Así se come República. Y de lo que se come se cría.
¡Salud y República!

martes, 8 de abril de 2014

10.000 aforados

Primero vamos a ver que significa la palabra aforado. 
Según la RAE, aforado es un adjetivo cuya acepción es: «Dicho de una persona: Que goza de fuero».
Si a continuación buscamos el significado de la palabra fuero, la RAE nos muestra lo siguiente: http://lema.rae.es/drae/?val=fuero.
Por lo tanto ya sabemos que un aforado es una persona a quien se la ha otorgado privilegios y exenciones que no disfruta el común de los ciudadanos.
Descartando al rey —su figura—, que es jurídica y constitucionalmente inviolable y no está sujeto a responsabilidad, el gobierno ha decidido extender la figura de aforado a la reina, el príncipe y la princesa consorte. Que no se diga que no se cuidan entre ellos. Se acabó el llevar espray anti-violadores en el bolso para repeler posibles ataques de la plebe, la chusma, y algún juez o plumilla inquieto.
En este artículo se explica mejor sobre qué significa ser aforado en España.
Como ya sabemos que los privilegios son exclusiva de ciertas personas pertenecientes a determinadas clases pudientes y bien situadas política, jurídica, y económicamente, me gustaría saber porqué el ministro de Justicia Gallardón insiste en decir lo contrario. ¿Le avergüenza pertenecer a la clase privilegiada? ¿Remordimientos?
Que sea la constitución la que proteja, ampare y justifique a dichos aforados, no me consuela. También eso demuestra lo urgente y necesario que es reformarla. Que una constitución decente y democrática mantenga la figura del aforado en sus artículos, es igual que mantener un diccionario repleto de errores ortográficos. Puede parecer elegante y de paso rellenar espacio en sus páginas, pero a la hora de leerlo y aprender no vale para nada. O mejor dicho, sólo vale para aprender erróneamente, y posiblemente sea esto lo que los señoritos-gobernantes desean de sus jornaleros-ciudadanos. Que apenas sepan las cuatro reglas, manejen un iPad para estar permanentemente disponibles y conectados a sus órdenes y deseos, y trabajen por un sueldo de miseria dándoles las gracias cada día que pasa por ello. «Los santos inocentes. Versión 2.0».
Que haya personas en los órganos del estado que necesiten ser aforadas para evitar determinadas acciones judiciales contra ellos en caso de necesitarlo, me deja una intranquila sensación de que en el ejercicio cotidiano del gobierno hay gato encerrado, además de comportamientos delictivos.
Hay cargos en la estructura del estado que por su propio cometido están suficientemente amparados para poder ejercerlos sin problema. Cualquiera no puede acusar a un juez, por ejemplo, de algún posible delito así como así. Hay unos pasos a seguir, diferentes de los que se siguen con los ciudadanos de a pie, precisamente para evitar mala fe hacia ellos por las circunstancias de su trabajo. Una cosa es recusar y otra distinta acusar. 
Si desviamos por un momento la vista de nuestros españolísimos ombligos, podremos ver que en los países democráticos de nuestro alrededor, eso de ser aforado se lleva de otra manera. 
Nuestra, mundialmente conocida, generosidad española a la hora de pagar la ronda en el bar, y acumular numerosos nombramientos de aforados, nos impide ver que incluso hay países, símbolo y modelo de democracia para muchos de esos mismos aforados, en que la figura de aforado ni siquiera existe. Es más, ni siquiera se la plantean.
No veo necesario por ningún lado la figura de aforado para nadie que ejerza un cargo estatal. Solo es un privilegio cobarde, indecente, torticero, antidemocrático y clasista.
10.000 aforados son 10.000 puñaladas en nuestras tripas. «¿Capicci?».

viernes, 4 de abril de 2014

Tempus fugit

Dar rango de noticia a este suceso, protagonizado por la presidenta del Partido Popular de Madrid, doña Esperanza Aguirre, igual es exagerado, pero como anécdota es digna de aparecer en los titulares de los noticiarios... Tweets y comentarios jocosos aparte. 
Existen países en los que anécdotas como estas son suficiente para acabar con una carrera política. En esta Iberia orgullosa de su Transición, eso es una quimera. 
¿Dimitir por poner a caer de un burro a dos asalariados del ramo de la contribución consistorial? ¿Dimitir por tirarles la moto al darse a la fuga sin firmar la denuncia? Si en el gobierno no ha dimitido nadie por la financiación irregular del partido, como está demostrando el caso Gürtel, no querrán que doña Esperanza dimita por una nimia trifulca de tráfico en la Calle de la Gran Vía madrileña. El prestigio de la Marca España se resentiría. Eso no es factible. Ahora que la Guardia Civil busca patrocinador para reponer su eslogan del: «Todo por la Patria», no la vamos a liar.
Hay hasta testigos que dan su versión de los hechos, por otra parte totalmente diferente a la versión que está dando la señora Aguirre en su gira mediática-excusativa por los diferentes medios a los que ha acudido para explicarse, justificarse y de paso echar algo de basura sobre dichos agentes de movilidad que cumplían con su deber... pese a doña Esperanza. 
A ninguno nos gusta ser multados, pero está claro que a la señora Aguirre menos aún, vistas y oídas las perlas bañadas en veneno vitriólico que ha destilado por su señorial boca. Solo la faltó quemar un contenedor y reventar un cajero automático para demostrar su inconformismo antisistema. Pero eso de haber estudiado en colegios de pago se nota a la hora de demostrarlo.
En su descargo solamente puedo decir que no ha salido con el recurrido y trasnochado: «No sabe usted con quién está hablando». Aunque también es posible que no lo dijese porque los agentes que la estaban multando ya lo sabían.
Es precisamente la anécdota lo que, en este caso, lleva al rango de noticia, pues da una idea de las actitudes soberbias y prepotentes en la vida cotidiana de algunos de los nombres, con más renombre, de nuestra política ibérica.
La hipocresía, se sabe desde hace siglos, va pareja a ciertos comportamientos farisaicos de nuestros representantes políticos. Pero poder observar esos comportamientos y actitudes, y poder sacarlas a la luz, es algo relativamente nuevo y que irá a más en este tecnológico e interconectado mundo en el que vivimos. 
No sólo el Gran Hermano vigila a sus súbditos, también los súbditos vigilamos al Gran Hermano. Quid Pro Cuo hermano.
Tempus fugit pero más fugit doña Esperanza, que para eso es doña.
Cada vez cuesta más sacar brillo a la Marca España. Nuestros políticos cavernarios están demostrando, cada día que pasa más, que además de malos gestores, son malos vendedores y peores ciudadanos.

jueves, 27 de marzo de 2014

Autobahn hispánica e historia visigoda.

Autopistas de ida y vuelta. Da gusto ser empresario en este país. Especialmente empresario del sector de la construcción. Si además hay afinidad política, ideológica y económica con el gobierno de turno en general, y con el Partido Popular en particular, el gusto raya el orgasmo. 
Ya vendrán otros a limpiar los fluidos corporales derrochados en sus encuentros amatorios. 
El PP besa con lengua a quien le desliza un sobre en el escote, o le mete una dádiva por el tanga.
Este gobierno es esposa de día y puta de noche. 
Bajo los pesados crucifijos que decoran su dormitorio gubernamental, bajo esa apariencia de mujer-mujer de su casa, bajo esas promesas impostadas de un futuro esperanzador de rentabilidad variable, se esconde una ardiente y sensual dama dispuesta a sacrificar la virtud... de los demás, a costa de seguir pareciendo una santa esposa y abnegada madre.
También el PSOE ha dado muestras de esta doble vida, al estilo «Belle de jour», en la década de los ochenta, como bien dice el enlace a la noticia al inicio de este post. Verán implicadas unas conocidas entidades bancarias y unas conocidísimas empresas de infraestructuras. La tarta se viene repartiendo entre los mismos desde hace mucho tiempo. Los demás miramos como comen.
Sin ánimo de parecer un listillo, y con el convencimiento seguro de parecer un idiota, creo que cada vez queda más clara la total falacia que es el actual liberalismo económico. 
El sector empresarial, en este sistema, no arriesga su dinero porque, de alguna u otra forma, el estado se lo devuelve. Me refiero, por supuesto, a los empresarios como tal reconocidos. Esos con los que se reune el gobierno a puerta cerrada, sin luz ni taquígrafos, y no a esos nuevos advenedizos que se hacen llamar pequeños empresarios, autónomos, o trabajadores por cuenta propia. Lo de «trabajadores por cuenta propia» es un concepto que todavía me intriga.
Ejemplos de esto existen a diario. Un ejemplo poco difundido es ese en el que la CEOE, se lleva más dinero del estado en subvenciones que el conjunto de los sindicatos de trabajadores. Relevante, ¿no?
Es el estado, con su dinero público, quien corre con los gastos y siempre acaba pagando los platos rotos. Y el sector empresarial de postín, esa gente tan fina, solidaria y educada, son de mucho romper vajillas en fiestas pagadas por otros.
Lo peor de todo es que como gestores son pésimos. Siempre anteponen la gestión privada a la pública, pero la experiencia y los datos demuestran machaconamente la falsedad de dichas afirmaciones.
Su gestión empresarial es de ratero de colmado. Entran en el negocio y tras hacerse una idea de dónde están los productos caros, les echan mano y salen corriendo sin mirar atrás. 

Desde que el gobierno de Mariano Rajoy ha sido investido «Profesor Bacterio» por la «Bruselas University», España está sufriendo una serie ininterrumpida de experimentos de difícil justificación. Nuestro profesor Bacterio está imbuido del espíritu curioso y aventurero del doctor Josef Mengele, mostrando orgulloso su «Vergenwundetenabzeichen», llamada en castellano: «Medalla por el cuidado del pueblo alemán», prendida en la solapa de su elegante y presidencial chaqueta.
Mientras tanto, las autobahn hispano-ibéricas siguen agrietándose al paso de los años sin importar a nadie, pues ya quedó todo el pescado vendido hace tiempo.
Es posible que a este paso, la simple titularidad de una bicicleta sea considerada un artículo de lujo. Camino se lleva de ello, visto la reglamentación a la que están sometiendo a dichos vehículos de pedales. Desde algunos sectores ya se está pidiendo que paguen hasta impuestos de circulación y matriculación. Posiblemente acabarán portando en el transportín, obligadamente por alguna normativa municipal y europea: un triángulo de avería, un juego de bombillas, una caja de herramientas y la ITV en regla.
Tanto ordenamiento urbano, reglamentación y orden a la «kartoffen», no puede ser nada bueno.

Algunos gobernantes deben pensar que por sus venas corre sangre goda. Es un error. Aunque pueda quedar chulo verlo escrito en el escudo heráldico familiar.
Los godos formaban parte de los pueblos germánicos orientales. Los godos, o más bien los visigodos, una rama gótica, invadieron lo que antes se conocía como Hispania, romanizada desde hacía siglos. Sin grandes batallas, es cierto, y sin que corriese mucha sangre, pero conquistaron-invadieron, no se mezclaron nada más que lo justo, para autoperpetuarse. Una especie de pioneros franquistas.
La regencia visigoda en España fue una élite gobernante que dirigió el país como un cortijo hasta que llegó la invasión árabe. En eso sí que han copiado las élites actuales la herencia visigótica. Tal vez de casta le venga al galgo, ¿no?
La Reconquista, iniciada por descendientes de dicha élite visigoda -según dice la leyenda, don Pelayo era un noble visigodo venido a menos-, logró, después de 8 siglos, expulsar a los árabes y seguir mangoneando en los asuntos de estado hispánicos.
Todavía hoy, de vez en cuando, sale algún descendiente reclamando el trono de Recesvinto, o de algún otro rey godo famoso. Aunque, por regla general, mientras no les toquen sus latifundios y demás propiedades, y sus tributaciones al fisco les siga saliendo a devolver, se suelen calmar. 
Diríamos que actualmente todos aquellos que se hacen llamar patriotas y nacionalistas en España, se creen imbuidos de sangre goda 100% pura. De ahí posiblemente su total asimilación y atracción fatal hacia todo aquello que venga de las lejanas orillas del Rin. 100% «kartoffen-hispánico».
Cuanto esfuerzo y cuanta tontería para acabar ceceando y seseando en alemán.

domingo, 23 de marzo de 2014

Crónica de una muerte anunciada.

Vaya por delante mi respeto hacia una persona que no buscó, en un principio, estar dónde las circunstancias le pusieron, pero que una vez puesto, intentó hacerlo lo mejor posible, dadas dichas circunstancias y su visión personal de tales circunstancias, pese a los que le pusieron, y pese a los que no le pusieron en dicho brete.
Como este es un blog de opinión, yo opino.
Hoy ha fallecido Adolfo Suárez, primer presidente español tras la muerte del dictador fascista Francisco Franco.
Un hijo suyo anunció la inminente muerte del expresidente español el Viernes pasado. Independientemente del culebrón periodístico relacionado con la muerte, a 48 horas vista, con el que hemos sido bombardeados estos dos días hasta el fatal desenlace, lo cierto es que su muerte es una noticia de primera magnitud que, como es habitual en el tono periodístico español, ha sido manejada de una manera amarillista y simplona por la inmensa mayoría de los medios de comunicación generalistas.
De Adolfo Suárez, después de escuchar y leer las noticias dadas en este par de días, nos han quedado claras unas pocas cosas. Digo claras, si nos conformamos con la letanía monótona y habitual con que riegan los oídos de los ciudadanos, nuestros profesionales, independientes y veraces medios de comunicación.
Una de ellas es que padecía una enfermedad neurológica desde hacía años que le provocó una pérdida de memoria. 
Otra es que era amigo del rey.
Otra, que caía bien a todo el mundo.
Y otra, que cuando la irrupción torera del golpista Tejero en el Congreso de los Diputados, se mantuvo sentado en su escaño, como Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo.
Sinceramente, que estas sean las únicas cosas que nuestros medios de comunicación destacan del expresidente Suárez, no es para tomarlo como un gran panegírico. Si mezclamos estas cosas en un vaso, le echamos hielo, un chorrito de vodka, zumo de tomate, zumo de limón, y unas gotitas de salsa Perrins, podemos hacer un Bloody Mary con el que empezar el día con energía, pero no nos aclarará nada sobre su persona.
Como nuestra idolatrada Transición, Suárez  fue un personaje histórico con claro-oscuros. 
No es por hablar mal de él, ahora que a muerto, pero pocos han recordado que también fue Ministro Secretario General del Movimiento. Esto significa que perteneció, desde 1958 hasta 1977, al único partido político permitido durante la dictadura franquista: FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). Un partido fascista, además de ultracatólico. Cosas como esta solamente parecen ocurrir en España.
Salvando las distancias, esto es igual que si un alto cargo como Martin Bormann, director de la NSDAP (Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores), hubiese llegado a presidir Alemania a la muerte de Hitler. No estoy comparando a Suárez con Bormann, sé de sobra que personal, ética e ideológicamente, no tienen nada que ver el uno con el otro, simplemente estoy comparando sus cargos políticos, para intentar ver lo absurdo y estudiadamente maquiavélica, que ha sido nuestra Transición democrática. Y como unas personas, independientemente de nuestras simpatías o antipatías personales, han sido puestas en cargos relevantes para dirigir desde una visión particularmente interesada, dicha Transición y por extensión lo que hoy conocemos como democracia. 
La democracia española, tal y como la conocemos y nos la han enseñado, al igual que el fallecido expresidente Suárez, es la crónica de una muerte anunciada, pues ya nació muerta por envenenamiento del anterior régimen dictatorial. Nació con la pretensión de dicho régimen de perpetuarse y darse una legalidad que nunca ha tenido, no tiene, ni jamás tendrá, por mucho que diga esta Constitución firmada por unos hombres que vivieron, en su práctica totalidad, a la sombra de dicho régimen. 
Evidentemente dicha Constitución podía haber salido peor. Tampoco soy tan necio de negar que en esencia no es mala, pero ha dejado unos huecos y unos flecos que a la larga están pidiendo a gritos una reforma y actualización urgente, especialmente en algunos de sus artículos. Pero lo peor de esta Constitución es que se invoca como la Biblia contra el demonio para unas cosas, y en cambio para otras parece el simple título, sin trascendencia, de una barata edición de bolsillo para leer distraídamente en el metro.
Animo a los inquietos lectores a buscar información alternativa al amarillismo periodístico con el que nos están atosigando estos días, y lean algo diferente y verídico sobre nuestra Transición, nuestro expresidente Suárez, y sobre muchos de los que ahora se hacen llamar amigos suyos.
En política, la amistad es como deshojar margaritas al antojo de cada cuál. Por cierto, la margarita siempre acaba deshojada.

jueves, 20 de marzo de 2014

22 M. No es un paseo. Es una marcha.

Hoy, ser un mileurista es formar parte del grupo de trabajadores «privilegiados», de la «élite» asalariada. Si tras las reformas-amputaciones laborales aún formas parte de ella, !cuidado¡ Perteneces a una especie perseguida y en peligro de extinción.
Hace apenas diez años, la mayoría de las personas -me refiero a esa mayoría natural de personas a las que nos es tremendamente imprescindible trabajar para poder sobrevivir- estábamos preocupados por ser unos simples y mal pagados mileuristas
Era aquella época en que en España, entre otros muchos países, se ataban a los perros con longanizas y cagaban mortadela. 
Había tanto dinero circulando de mano en mano, que hasta a los trabajadores nos llegaba algo en forma de migajas crediticias -magnanimidad bancaria mediante- para poder comprar una casa, irnos de vacaciones a las islas griegas, o de crucero por el Caribe, comprar un coche nuevo, y cambiar nuestro viejo televisor culón, por una bonita y enorme pantalla de plasma en la que poder ver los partidos de fútbol de pago con los amigos tomando unas cervezas. Hasta algunas parejas se animaron y se subieron al carro de «podemos hacerlo, que el banco nos da crédito» y se celebraron bodas al estilo «señorito andaluz» con capea incluida. Incluso hubo antitaurinos declarados que se subieron a ese carro. 
La orgía de crédito estaba en su punto álgido.Y todos tragamos. 
Cuando estábamos a punto de llegar al orgasmo, apareció de repente el padre de la novia echando la puerta abajo, armado con una escopeta y disparando contra todo lo que se menea gritando no se qué de: «¡Habéis vivido por encima de vuestras posibilidades!». Algunos sin saber que decir, se quedaron arrodillados suplicando perdón. Otros dieron la espantada saltando por el balcón, olvidando que estábamos en un quinto piso. Y otros se quedaron mirando a aquel gañan armado y padre cabreado, intentando explicarle que fue precisamente él quien les presentó a su hija, y que además les alentó a tener relaciones con ella. Un «plan de futuro», les dijo cuando les empujó a salir juntos. 
Pero hay que reconocer que es difícil mantener la dignidad cuando te pillan con los pantalones bajados. Y nos han pillado con los pantalones por los tobillos a todos. Hemos confiado en la palabra de alguien que no tiene ningún crédito -valga la paradoja-. El Capital, nos la ha vuelto a meter doblada. Sólo que esta vez los daños colaterales son cuantiosos en relación con otras veces. Esta vez ha sido uno de los engaños más elaborados desde que existen Biblias infantiles. No hay nada más que ver los beneficios que han tenido las grandes empresas internacionales desde que empezó la «crisis» para entender como se han reído, y siguen riéndose a nuestra costa. La evidencia de ser víctimas de una estafa a escala mundial, es sangrante. Y la mayoría de nuestros representantes políticos,  especialmente aquellos que nos gobiernan actualmente, prefieren mirar hacia otro lado. Son lacayos a sueldo de las élites financieras, y nosotros les hemos votado.
Pan, trabajo y techo no es mucho pedir, y a poco que los gobiernos se empeñen es algo que no cuesta ningún esfuerzo dar... si las élites económicas  lo consienten, por supuesto. No queremos importunar a aquellos que ponen y deponen gobiernos democráticos por todo el mundo civilizado a golpe de talonario. Además, suena mejor y es más sano que el pan y circo al que nos tienen acostumbrados.
El Sábado 22 de Marzo, 1.700 antidisturbios amenizarán con su presencia, y estimulados por el plus salarial que recibirán en forma de aumento económico o de días de descanso, la marcha de la dignidad. Son muchas que confluirán en una sola. La unión hace la fuerza. El dicho es viejo y nada original, pero eso no le quita un ápice de su vigencia absoluta en la lucha por nuestra dignidad como personas.

miércoles, 12 de febrero de 2014

La clá parlamentaria.

Confirmado. Para los parlamentarios del PP, la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola, de luz y de color, en el que ellos disfrutan como niños, pues son ellos los que mandan.
Lo han demostrado y lo siguen demostrando a la menor ocasión con sus aplausos y sonrisas, si con la mayoría aplastante de su rodillo parlamentario no queda claro del todo. Hay gente que ríe porque es sano, los hay que ríen por y para joder, y también los hay que se ríen porque son simplemente gilipollas. No sabría decir a cuál de estas dos últimas categorías risoteras pertenecen los parlamentarios y parlamentarias populares que ayer votaron en el congreso.
Después de escuchar a una diputada del PSOE pidiendo a las mujeres del PP, hasta casi el paroxismo, que votasen en conciencia sobre la retirada del anteproyecto de la ley del aborto, y pidiendo que el voto fuese secreto, pensando que eso cambiaría la intención de voto de las mujeres del PP... creo sinceramente, que el arco parlamentario, desde la izquierda hasta la derecha de él, vive en un mundo totalmente diferente al mundo real. No conocen a las personas, y lo que es peor, ni se preocupan de conocerlas. ¿Esperaba concienciar a las diputadas populares? ¿Conciencia? ¿Qué es eso? Por cierto la diputada Valenciano parece ser que sufrió un fuerte golpe al caerse del guindo. Aún debe estar recuperándose.
Los partidos políticos, al menos la mayoría de ellos, se han convertido en bloques monolíticos donde el líder -realmente los asesores del líder- guisa un menú, generalmente cutrecillo y sin gracia, y todos los demás deben venderlo cómo si fuese alta cuisine. Por regla general, los ciudadanos de a pie, no somos demasiado exigentes con lo que nos llevamos a la boca, pero hay sopas que nos intentan vender en las que los pelos asoman y parecen escalar por el borde del plato. Y eso sí que no.
Ayer en el congreso se votaron varias cosas. Una de ellas, con solemne voto secreto, sobre el aborto. Cada vez que un miembro -o miembra- parlamentario del PP se acercaba hasta el estrado para depositar su voto en la urna, una sonrisilla que pretendía parecer astuta les separaba los labios dejando ver sus colmillos. Por cierto, es difícil votar si para ello hay que ponerse de puntillas para llegar a la urna. Para otra vez, igual habría que dejar la urna algo más abajo.
El voto unisex ejercido por los representantes populares me demuestra que los hombres de dicho partido conservador -entre otros muchos atributos- se dan laca en el pelo además de usar fijador, y las mujeres llevan calzoncillos largos -con frenazo incluido- además de rasurarse la barba de puro machito. Hay que ser muy hombre para votar lo que se votó ayer.
Emulando a la arenga militar que el fanático sargento Hartman, en la película La chaqueta metálica, les daba a los reclutas recién llegados, me veo que las mujeres del PP han debido pasar por algo similar en las prietas filas de su partido hasta el punto de olvidarse que son mujeres.
Al día siguiente de dicha votación -hoy 12 de Febrero- se celebra el aniversario de Clara Campoamor. Esta señora fue abogada y política defensora de los derechos de la mujer. Algunos que ayer votaron a favor del anteproyecto, católico y apostólico, de la ley del aborto se les llenará la boca elogiando y homenajeando a dicha mujer sin ponerse colorados, o coloradas.
Viendo la foto que La Razón saca en portada, no sé si los presentes se encontraban asistiendo a una votación en el congreso o asistían a una corrida en la Plaza de Toros de Las Ventas. Es como si acabasen de presenciar la suerte de banderillas o una buena entrada a matar. Sus caras, algunas resplandecientes de gozo, parecen confirmarlo. El hecho de que esas banderillas hayan sido puestas sobre el lomo de las mujeres, parece que es algo que no les inquieta, ni a las populares mismas.

Hay una cosa que parece pasar desapercibida entre tanto aplauso, risa y crítica constructiva, y es que también, con el rodillo parlamentario del PP, se ha aprobado una proposición de ley en el senado -ese senado que algunos dicen que no vale para nada- que restringe, aunque prácticamente elimina, las condiciones en las que los jueces españoles pueden investigar delitos cometidos fuera del país. Este es uno de esos casos. Para ser un puñado de patriotas, nuestros honorables senadores lo disimulan muy bien.
Para aquellos que no sepan que es la cla, deberían saber que es una importación de los teatros europeos de hace siglos. Las entradas de cla eran entradas de gallinero a mitad de precio, con la obligación de aplaudir cuando lo indicase una determinada, y prefijada de antemano, persona. Dicha persona trabajaba para la compañía teatral o para algún crítico interesado, que a su vez tenía intereses comunes con dicha compañía teatral. Como escribió Calderón de la Barca en su día:
"No olvides que es comedia nuestra vida 
y teatro de farsa el mundo todo 
que muda el aparato por instantes 
y que todos en él somos farsantes...".

lunes, 10 de febrero de 2014

El cuento de la infanta.

¿La infanta está triste? No. La infanta esta amnésica.
El amor libera endorfinas cuyos vapores embelesan, como diría el poeta.
Pobre infanta, hacerla pasar por un trago así. Sonriendo a las cámaras... saludando al personal del juzgado... me recordaba a su padre el rey cuando visitaba una fábrica, antes de darse a los placeres de la caza.
Después de remolonear su real presencia durante meses, decidió por fin acudir al juzgado que reclamaba su declaración sincera, y poco después de las nueve de la mañana del Sábado día 8 del mes corriente apareció aseada, vestida de oscuro y camisa blanca hábilmente desabotonada, dispuesta a ser tratada como una ciudadana más, para demostrar a las malas lenguas que la justicia es igual para todos... aunque para otros lo sea más.
Más de seis horas compareciendo ante un juez, mientras en Zarzuela, teléfono en mano, intentaban contener, rezando a todos los santos, la avalancha informativa y la vergüenza de ver a alguien de casta real comparecer, como una vulgar plebeya más, en un juzgado de Palma, pese a haber podido dejar aparcada la carroza en la misma puerta de entrada.
La infanta no sabe, la infanta apenas contesta. "Yo no soy esa", parece decir al juez, entre sus carraspeos y timidez estudiada. "Yo no soy esa, señor juez. ¿Por qué me pregunta sobre mis relaciones empresariales en el negocio de la que soy socia junto al amor de mi vida? ¿Acaso si me pinchan no sangro? Metaselo en la cabeza, señor juez, yo no soy esa". Y salió por donde había venido, montó en su carroza y sin mirar atrás desapareció de nuestras vidas. Aunque alguien aún debe seguir buscando por las inmediaciones del juzgado algún zapato de cristal posiblemente olvidado.
¡Ah! que triste es ser de la realeza... que triste es ser infanta o princesa... rey o príncipe... si no fuese por ser tan bella.

En palacio, a los retoños reales les cuentan historias de los hermanos Grimm o de Hans Christian Andersen. Cuentos en los que ogros en forma de jueces envidiosos, y brujas en forma de resentidos republicanos intentan envenenarlos, secuestrarlos, torturarlos y comerlos vivos por pura maldad maligna, por querer invertir un orden eternamente aceptado. Mala es la envidia que emponzoña los corazones de los súbditos, casi tan mala como los libros. Bendita ignorancia que nos mantiene vivos.

De momento, de los 41 imputados en el caso, 16 de ellos puede que se acaben sentando en el banquillo. La infanta no está en esa lista de posibles encausados. Veni, vidi, vici. Ave Cristina!
Su marido, el señor Undargarín, ha tenido menos suerte. La Fiscalía Anticorrupción  va a pedir algo más que bocadillos de calamares para todos. Alguien tiene que sacrificarse y en palacio han decidido que sea él. Al fin y al cabo él es plebeyo y ama a la infanta, pese a sus devaneos con otras mujeres. El amor tiene razones que nada más los enamorados entienden.

La infanta Cristina, siguiendo los consejos de su familia y demás abogados, ha optado por seguir la estrategia de la tortuga: "Llegar tarde, no decir nada, y seguir con la concha dura". Veremos si eso la da resultado.
El juez Castro se ha dado dos meses para decidir, y decir algo sobre el siguiente paso a seguir. Pero ya sabemos, y además intuimos, que los cuentos nunca pueden acabar mal. En especial para aquellos por cuyas venas corre sangre real.

jueves, 6 de febrero de 2014

Burrocracia española.

En España hemos conseguido pasar, transición mediante, de un régimen católico-fascista -bendecido por el Papa y con el apoyo de las democracias occidentales- a una burrocracia corrupta, en apenas 37 años.
Dentro de otros 37 años posiblemente alcancemos una democracia en que sea posible hacer algo más que votar una vez cada cuatro años. Pongo todo mi optimismo en ese pensamiento y espero sinceramente que algún día podamos ir con la cabeza bien alta por la pasarela democrática mundial. Sé que burrocracia es una palabra bastante grosera. Si mi idioma materno fuese el de Shakespeare diría donkeycracy, pero no lo es.
Uno de los baremos por los que se miden las libertades del individuo en una democracia, viene dado por los palos que recibe dicho individuo por parte de las fuerzas del orden público. 
Indistintamente del grado de libertad de expresión que exista, los ciudadanos deben estar completamente seguros -y a salvo-; a la hora de protestar o exigir que se respeten sus derechos: civiles, laborales, etc., como ciudadanos; de no ser apaleados por aquellos que, precisamente, tienen la labor de protegerlos.
La represión, pues no se puede llamar de otra manera, que sufren los ciudadanos a la hora de ejercer sus derechos democráticos está llegando a límites no sólo inaceptables, sino que están llegando a ser inaguantables. El último caso en Valladolid es una muestra más de ello.
No sólo son estas actuaciones demenciales por parte de quienes tienen que tener la cabeza fría, como es el caso de la policía, las que inquietan. La muerte de once inmigrantes - la cifra aún no se sabe con certeza- que intentaban entrar en Ceuta a nado es otro ejemplo más del comportamiento de nuestras fuerzas de seguridad. En este caso se han lucido los números de la guardia civil encargados del tiro al inmigrante aprovechando que estaban ocupados en no ahogarse. No espero que nadie tenga la valentía y el coraje de declararse responsable de tamaña atrocidad. En España, como en Marruecos, nadie es responsable de nada. Más si es un efectivo de las fuerzas del orden público a quien cuyo corporativismo salva de cualquier incómoda situación.
Seguimos con más hechos luctuosos protagonizados por nuestros democráticos cuerpos de seguridad.
Esta noticia del año pasado es impactante. En lo que va de año ya han muerto cuatro personas en las cárceles españolas. Me refiero a cuatro personas presas, no visitantes a los que les haya acaecido tan funesto suceso en el horario de visita o en un vis a vis salido de madre. Cuatro personas cuyas vidas estaban a cargo, y de las que eran responsables sus guardianes mientras cumplían condena. En este enlace el último preso fallecido en el país. Una muerte, otra más, que debe explicarse.
Igual tenían motivos para morirse, quién sabe. Explicaciones más sarcásticas tiene por costumbre dar el ministerio del interior. Como en la dictadura franquista -dictadura que parecen añorar nuestros actuales cargos ministeriales- solían decir de todos aquellos que se escapaban -léase: intentaban escapar- esposados a un radiador en la pared, saltando a través de una ventana cerrada a la altura de un tercer piso, y planeando en vuelo rasante por el patio de luces de la comisaría hasta estrellarse contra el suelo. Pronóstico grave y muerte de camino al hospital. Se ha hecho lo que se ha podido, pese al empeño demostrado. Palabras de sentido pésame con la boca pequeña a la viuda y demás familia del finado, y medallas y alguna que otra condecoración a los policías que estaban a cargo del detenido por su civismo y buen hacer policial.
Las cárceles no son la isla de Molokai a la que se exilian los leprosos para dejarlos morir... o dejarles sufrir una sobredosis, o dejarlos caer por el hueco de una escalera, o dejarlos colgarse con las sábanas de su catre. Las cárceles son parte de la sociedad, una parte bien visible que nos muestra los errores que como sociedad cometemos. Las cárceles ni se pueden, ni se deben esconder bajo la alfombra de nuestro bonito y chachiguay modo de vida que parece no querer mancharse el trasero al hacer de vientre. Están ahí y ahí seguirán porque son sociedad también. Pero en España parece que las cárceles no existen, pese a morir gente en ellas... y más de lo deseable.
Tampoco parecen existir los innumerables CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) que han florecido como amapolas en el campo en muchas provincias del país. Y, esto es muy grave, repletos de personas cuyo único "delito" es estar indocumentado. Basta con que un agente de la Sicherheitspolizei española, de el alto a una persona inmigrante y ésta no disponga de su documentación en ese momento, para que dicho inmigrante de con sus huesos en un CIE. Un CIE, pese a tan vocalizable y atractivo acrónimo, no es ni más ni menos que un campo de internamiento. Se sustituye la palabra Campo, por Centro y la democracia se instaura en el mundo de las letras. Nuestro modo de vida no sufre y seguimos creyendo que los niños vienen de París.
Tengo claro que no todos los integrantes de los cuerpos policiales se sienten a gusto cometiendo este tipo de burradas -aunque algunos no se planteen ni el más mínimo conflicto ético ante tales burradas-. Sé que cumplen órdenes, aunque eso de "cumplir órdenes" ya se demostró durante los Juicios de Núremberg que no es excusa para librarse de una posible responsabilidad penal ante la llamada "obediencia debida". Pero lo que tengo muy claro es que los responsables primeros de este tipo de actuaciones nazi-policiales están sentados en despachos ministeriales; apoyándose en mandos policiales cuyo sentido democrático de su trabajo proviene de un concepto erróneo y enfermizo de autoridad; a la vez que añoran los tiempos en que la delincuencia se combatía a hostia limpia; y no pagaban en el autobús, ni en el metro; en los bares les invitaban a los cafés y las copas; y en los puticlubs elegían y no hacían cola, cuando iban de paisano con sólo enseñar la placa.
Estas actuaciones policiales también las han denunciado el Consejo de Europa. No es un ataque gratuito. Para ser policía hay que ser persona, y además íntegra. A algunos el uniforme les viene grande y se les nota. No deberían tener miedo a dejar su trabajo, o perderlo, siempre habrá discotecas dispuestas a contratar sus servicios como matones.