Llega el Papa a un país oficialmente y constitucionalmente aconfesional (aunque si fuese laico vendría igualmente ya que son muchos años de enseñanza católica a marcha-martillo y algunos gobernantes "laicos" deben creer tener una deuda con esta iglesia católica),en visita epistolar (o evangelizadora que para el caso creo que es lo mismo) y a mesa puesta.
Llega el Papa a un país al que le están creciendo los enanos (económicamente hablando) y el cuál correrá con parte de los gastos de esta visita "tan esperada" como "tan deseada".
Llega el Papa a un país que ya empieza a estar un tanto harto de todo y en especial de algunos de sus representantes tanto terrenales,como espirituales (o divinos).
Llega el Papa a un país en el que dirá las tonterías repetitivas y habituales que suele decir su Santidad.Se meterá un poco con la ola de descreídos y ateos que asolan este país que le acoge,despotricará un poco (o un mucho depende como se levante ese día) contra los matrimonios "inmorales",pedirá al gobierno (ese gobierno aconfesional,recordemos) que le mantenga los privilegios a los que cree tener derecho y a los que está tan acostumbrado (pero dicho de una forma que no se entienda tan a las claras por aquello de guardar las formas) y para despedirse dirá que hay que ser buenos y que el sexo es pecado fuera del matrimonio y dentro de él también,dependiendo como y para qué se haga.Luego dará la comunión (a unos pocos escogidos y elegidos),recogerá las limosnas de la cesta y al que Cristo se la de San Pedro se la bendiga.
Urbi et orbe,aunque no sea Domingo de Pascua ni Navidad y hasta la próxima.
