Hace 28 años,una afanosa abejita vio cómo expropiaban su colmena (más conocida como holding) y el colmenero removió cielo y tierra para que la gente supiese (según él) que aquello fue una injusticia de proporciones bíblicas.
Sus andanzas le llevaron a huir a Londres,luego a Frankfurt dónde fue detenido y durante los siguientes años entró y salió de la cárcel cómo un señor (para algo es marqués de Olivara) por delitos contra el honor.El colmenero, marianista de pro (y me refiero a la Orden de los Marianistas no a Mariano Rajoy) y opusdeísta hasta el tuétano (hasta que le echaron por criticar a la Obra),dio espectáculo durante unos cuantos años hasta que de pronto desapareció de ese teatro de vanidades que es la vida pública y se puso a construir otra colmena...y pedazo de colmena que ha construido el apicultor gaditano.
Hoy,28 años después,la colmena comprende tal cantidad de empresas,que me pregunto cómo alguien que (según él) quedó completamente arruinado por la expropiación de Rumasa,pudo levantar un emporio (Nueva Rumasa) de tal magnitud.Será que los hay emprendedores y a tí te encontré en la calle.
Emitiendo pagarés,que es gerundio,asegurando una rentabilidad anual del 10% (cuando las entidades financieras debido a la crisis no dan más de un 3%),han logrado reunir 140 millones de euros provenientes de los ahorros de unos 5.000 inversores,la mayoría de los cuales (fiándose de la palabra del maestro apicultor) han invertido sus ahorros de toda la vida en esta aventura apícola.
La CNMV,advirtió en siete ocasiones sobre esta forma de inversión.El gobierno cambió la ley para que las inversiones en forma de pagarés fuesen controladas por la CNMV,creyendo que de esta manera no habría luego sorpresas si algo se torcía.El colmenero decidió entonces,dejar de emitir pagarés y optó por las ampliaciones de capital hasta un máximo de 3.300 euros,para escapar de las inmundas garras de la CNMV,que por lo visto es peor que la ascosferosis,para la supervivencia de la colmena.
En fin,lo único que se de abejas,es que a parte de producir miel y cera,pican,pero quién realmente ha picado en esta obra colmenera,son esos 5.000 inversores que no tengo muy claro que vayan a ver su dinero invertido,por mucho que el colmenero,en un alarde de sinceridad abstracto-estrambótica dijese,que si no fuese por su fe se pegaría un tiro en caso de no poder devolver hasta el último euro invertido en su colmena.Y es que la fe mueve montañas...y a veces hasta de dinero.