viernes, 11 de mayo de 2012

Silicona en el cerebro

Es un época esta, en la que si no estás contento con el cuerpo que la naturaleza y la genética te han dado, puedes cambiarlo a tu antojo...siempre que puedas pagarlo.
Botox, liposucciones, pómulos, pechos, caderas, depilaciones, alargamientos de pene... No hay parte del cuerpo que escape a una posible mejora, o que por tal se tome.
¿Por qué conformarse con lo que se tiene, pudiendo modificarlo a su antojo?.
Si no está contento con su nariz, ya está tardando en cambiar esa napia achatada de boxeador profesional por la nariz rectilínea de Cleopatra.
¿Que sus pechos asemejan un par de mandarinas pochas en lugar de los tan deseados melones de Villaconejos?...no se preocupe, una visita al quirófano y su marido, novio, novia, amante o acompañante ocasional será como un perrito de aguas dispuesto a complacerla en lo que sus cucurbitáceas mamas dispongan.
¿Que su pene no alcanza la alegría, firmeza y empuje que debería alcanzar, según usted y su información basada y tomada de documentales gráficos protagonizados por un elenco de actores masculinos, dedicados en cuerpo y alma a hacer gozar hasta el sonoro éxtasis celestial a señoritas de carnes prietas y piernas abiertas ante tamaña demostraciones de inhiesto poderío viril y fálico?... no hay problema, todo es susceptible de ser cambiado. Usted y su bienestar es lo primero.
Que personas adultas decidan estar a gusto consigo mismas, por el simple hecho de quitarse una peca del sobaco, da que pensar.
Que personas adultas decidan estar a gusto con otras personas previa eliminación de una peca del sobaco, sigue dando que pensar y mucho.
Pero lo que da más que pensar, es que personas adultas, fomenten, toleren y justifiquen la eliminación de una peca del sobaco en personas que no son adultas. Entendiendo y dando por hecho que tal peca del sobaco no es síntoma de ningún tipo de cáncer o suponga un problema o peligro en la salud del portador de dicha peca. Y entendiendo y dando por hecho también que no adulto no siempre es sinónimo de menor de edad.
Entiendo que lo estético prima sobre bastantes otras consideraciones en la actualidad, pero al fin y al cabo, la estética es algo cambiante debido a los factores del tiempo, la cultura o de los gustos que se vayan adquiriendo o desechando en la vida de las propias personas. Y entiendo que la belleza es agradable de ver y nos suele poner palote a más de uno, pero la belleza por sí sola, sin ningún otro aliciente que la humanice de alguna manera por así decirlo, acaba siendo algo frío y distante a lo que abrazarse por las noches. Hay barras de hielo que despiden más calor que algunas bellezas.
Las personas al ponernos frente al espejo y siendo sinceros con nosotros mismos, no nos vemos realmente como somos, sino como nos gustaría ser. Lo que ocurre es que "somos", no como nos vemos nosotros, sino como nos ven los demás...y debido a esto es muy probable que las clínicas estéticas acaben cotizando en bolsa algún día, suponiendo que no lo hagan ya.
No es normal que algunos papis chupiguays decidan regalar a sus hijos chupiguays, ya sea por su cumpleaños o por aprobar el curso, un implante mamario en el caso de ellas. En el caso de ellos, hasta ahora suele ser suficiente la moto o el coche si ya tienen edad, pero es posible que se empiece a generalizar algún tipo de tratamiento corporal masculino que haga furor entre los adolescentes... chupiguays, con padres chupiguays evidentemente.
Debido a la gran cantidad de usos que tiene la silicona, no es de extrañar que haya acabado siendo un referente para la cirugía estética mundial. La silicona ha pasado a ser la amalgama que junta los deseos con la realidad erróneamente interpretada por unos dulces sueños que amanecen en la mayoría de los casos con un regusto amargo. Lo chupiguay y el no pensar es lo que tiene y cuando van juntos de la mano es lo que hay.
La miopía y el astigmatismo de las personas en general y de algunas en particular es de tal grado que aún no me explico como avanzamos sin darnos contra las farolas cuando andamos por las calles.