No se cómo he podido llegar hasta el punto en que uno pierde el dominio de la situación y además es perfectamente consciente de ello.
Tal vez porque ha de ser así,tal vez por pura y simple casualidad.Pero esa sensación de vértigo,de perder algo al igual que se pierde la arena entre los dedos,es demasiado fuerte cómo para relegarla al desván de los trastos rotos y amontonarla junto a las cosas a las que no encuentro explicación...al menos aparente.
Un día te levantas y te dices:"hoy no me afeito" y al cabo de diez días ya tienes barba...si cada día al levantarte vuelves a decirte:"hoy no me afeito".
El dejar que las cosas pasen,hacen que estas ocurran,a veces para bien y a veces para mal.Interferimos constantemente en las ecuaciones que alteran nuestras vidas y no somos conscientes.A veces esas ecuaciones nos dan unos resultados sorprendentes,incluso a veces los resultados son perturbadores,otras veces,en cambio,el hecho de alterarlas más de lo que de por sí ellas mismas se alteran,no produce ningún resultado que merezca la pena ser tenido en cuenta.Pero siempre,siempre,siempre,siempre,interferimos.Puede que en episodios de nuestra propia vida o puede que en episodios de la vida de otros,pero siempre,cualquier pequeño cambio,inevitable por otra parte por mucho empeño que pongamos en lo contrario,produce una reacción que no sabemos a lo que llegará ni lo que influirá en nuestras vidas y en la de los demás de nuestro entorno.Nuestras acciones,por activa o pasiva,pensadas o no,provocan reacciones,a veces deseadas y a veces no,o al menos no tanto.Esto es cierto y no por ello le damos mayor importancia,entonces,¿qué importancia tiene?...a veces,siempre o tal vez,al menos,la importancia que le queramos dar.
Cuando uno respira y respira hondo,siente que se llena y eso es verdad de la buena.Pero claro,también hay gente que no respira y eso a veces,siempre o tal vez,al menos,es porque está muerta...muy muerta.
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