sábado, 29 de enero de 2011

Download or not download,that is the question.

Hay una cosa clara.Todo el mundo quiere vivir de su trabajo,sea este el que sea.Los mineros por trabajar en la mina,los agricultores por trabajar la tierra,los artistas por crear,etc,...Si uno no puede vivir de su trabajo,¿para qué trabajar?.
Los adelantos tecnológicos han logrado que se de un paso gigantesco e inimaginable,que de otro modo nos habría costado siglos dar.Hoy,gracias a eso (al menos en teoría) desde nuestro ordenador personal podemos acceder a un mundo casi ilimitado de conocimientos sin salir de nuestras casas.Y eso,no sólo es bueno,sino que se ha convertido en algo imprescindible para todos aquellos que tengan un mínimo de iniciativa e interés por aprender e informarse.
Con un ordenador y acceso a internet,las distancias se han acortado enormemente y la cultura,particular y especialmente,está al alcance de cualquiera.La difusión de la cultura es el principal logro y la mayor beneficiaria de vivir una época en la que existen líneas telefónicas con acceso a internet de banda ancha.Pero como en este mundo no todo es perfecto,el hecho de poder acceder a numerosas obras escritas y audiovisuales,implica en muchos casos que esas obras no se adquieran pagando su precio(un precio,recordemos,que no pone el artista sino la industria para la que trabaja)y por tanto sus creadores,no son remunerados por ello.Y aquí topamos con el principal escollo de lo que viene a conocerse como la Ley de Propiedad Intelectual (LPI)
El concepto de artista es muy amplio.Existen pintores,escritores,músicos,cineastas,escultores,etc...,y no a todos les afecta por igual el hecho de ver sus obras colgadas en la red.En el caso de los pintores o los escultores,que sus obras estén expuestas en la red,a priori,no le supone una merma en sus ingresos.Por mucho que veas en la pantalla de tu ordenador el cuadro del Jardín de las Delicias de El Bosco,no tiene ni punto de comparación a ver la obra original expuesta en el Museo del Prado (eso si la cantidad de gente que siempre está frente al cuadro te deja ver algo),pero como sucedáneo sirve y de sobra además.De momento no se ha inventado la tecnología capaz de descargar en el disco duro del ordenador las obras físicas (el original para entendernos),de por ejemplo el pintor Antonio López o las esculturas de Eduardo Chillida.
Pero en cambio a otros artistas,las descargas de archivos por internet,sí que les están haciendo daño.La música y el cine son los que más se quejan del intercambio de archivos musicales y cinematográficos entre los internautas.Descargar música y películas,se ha convertido en el deporte nacional y superamos con creces al resto de países en esta nueva modalidad.Este país cuando quiere (y le dejan) puede destacar y empequeñecer a cualquiera que se ponga por delante.
Los autores españoles crearon hace años una sociedad para defender mejor sus intereses y derechos.Los de ellos y los de la industria para la que (quieran o no) trabajan.Es lo que bautizaron como SGAE (Sociedad General de Autores y Editores).
Sinceramente,no creo que nadie en su sano juicio pretenda que un músico o un cineasta viva del aire como única fuente de sustento.Hacen un trabajo y tienen todo el derecho del mundo a ser remunerado por él.Pero de ahí a criminalizar a cualquiera que se descargue archivos que tengan derechos de autor(y no hablo para venderlos posteriormente,sino que esos archivos sean para consumo propio),me parece algo exagerado y suena más como pataleta de niño malcriado que se ha quedado en las manos con un juguete totalmente desfasado y anticuado y no sabe que hacer con él.
No voy a entrar en polémicas de canon y no canon.Sólo decir que al adquirir cualquier soporte tecnológico que pueda reproducir o almacenar material sujeto a tener posibles derechos de autor,se paga un canon,aunque luego el material que reproduzcas o almacenes no tenga o no esté sujeto a derechos de autor.Bien,pues si la SGAE,que es la empresa gestora de estos derechos,ya cobra cuando se adquieren estos soportes tecnológicos,¿porqué entonces pretende que vuelvas a pagar (en caso que descargues material protegido) si ya has pagado antes por esos soportes pese a que aún ni los has desembalado de su caja?.
Si compro una entrada para el cine,espero que al sentarme en mi butaca correspondiente,no pase un acomodador pidiendo que vuelva a pagar,bajo la peregrina teoría de que la entrada que compré en taquilla es válida pero sólo me da derecho a entrar y sentarme en la sala,pero que con esa entrada no adquiero ningún derecho para ver la película,que si quiero ver la película tengo que aflojarme otra vez el bolsillo,pues una cosa es el patio de butacas y otra muy distinta la película y que no me ponga tonto o llama a la policía y encima me quedo sin ver la película y sin el dinero que pagué por (según el acomodador) sólo sentarme en la butaca.
Si una banda de atracadores de joyerías utiliza un coche para cometer sus delitos,no creo que el gremio de joyeros se queje al gobierno de turno (y este encima les haga caso) para que presionen a los fabricantes de coches para que tomen medidas y restrinja el uso del automóvil en las calles que hay joyerías.
Tal vez el fondo del problema esté,no en los autores,sino en la industria para la que trabajan,ya sea esta discográfica o cinematográfica.
El modelo de mercado ha cambiado y se tienen que adaptar cómo lo han hecho numerosas empresas antes que ellos.Por ejemplo,la imprenta tradicional.Desde la irrupción de los ordenadores personales e impresoras domésticas ,ha perdido mercado hasta casi desaparecer.¿Para qué encargar unas tarjetas de visita si puedes hacértelas tú mismo,incluso sabiendo que el acabado y la calidad,evidentemente no va a ser la misma?.¿Y han puesto el grito en el cielo,despotricando contra la tecnología informática porque debido a ella no venden?.No,de las que aún sobreviven,algunas se han especializado y otras se han adaptado a lo que hay,menos ingresos y a apretarse el cinturón.
Otro ejemplo.Los herreros,los deshollinadores,los pregoneros y así tantas profesiones,que por la industrialización,falta de clientes que demandaran sus servicios y otros factores,son profesiones extinguidas que no presionaron (tal vez por no tener un fuerte respaldo detrás,también es cierto) para que le salvasen el pellejo.Y nadie,excepto algún nostálgico,las hecha en falta.Eran profesiones tradicionales y los que las conocieron las recuerdan con cariño,pero su época terminó y pasaron a la historia.
España es uno de los países europeos en que la velocidad de las conexiones a internet son más lentas y en cambio sus tarifas son de las más caras.De esto se aprovechan los proveedores de servicios de internet.Puesto que la SGAE ya cobra un canon por los soportes tecnológicos que se venden,no creo que le importase cobrar una tasa (una más) por los servicios de los que se valen esos "piratas" para saquearles sus fondos musicales,editoriales y cinematográficos.Eso paliaría las pérdidas que dicen tener los autores,aunque las pérdidas realmente las tengan la industria para la que trabajan.
Creo que la suerte de ese modelo de industria está echada.No creo que por muchas trabas que intenten poner,por muchas leyes que intenten consensuar (aunque los tiros van más bien por dictar),no van a vender más discos,ni la gente va a ir más al cine.Es el canto del cisne que dará paso a otro modelo en el que primará más la relación entre el autor y su público(al menos en la música),sin una industria prepotente y falta de miras como intermediaria.Esa LPI que con tanto énfasis se pregona,va a ser el epitafio que se grabará en la lápida de una industria que a todas luces se está quedando obsoleta si no lo es ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario