El mundo anda algo revuelto mientras sigue girando sobre su eje ajeno a lo se cuece en su superficie. Anda revuelto debido a un empacho especulativo que ha reportado enormes beneficios económicos a un puñado de malnacidos ansiosos de dinero fácil. Aunque decir "algo revuelto" es quedarse corto y llamar "malnacidos" a los causantes de la catástrofe económica es llamarlos demasiado poco.
Las mayores economías del mundo a excepción de China (al menos de momento) están inmersas en una crisis cómo no ha habido otra en la historia. Que no nos comamos las mondas de patata aún en el orbe occidental,es porque, al menos en el caso europeo y norteamericano particularmente, al acabar la Segunda Guerra Mundial, se acometieron profundas reformas en los países implicados en el conflicto y se creó lo que se conoce cómo "el estado de bienestar".
El estado de bienestar es un colchón para amortiguar la exclusión social y la pobreza y a la vez elevar la calidad y el nivel de vida de los ciudadanos. Ese estado de bienestar logró que la gente confiase en sus estados y gobiernos y logró de rebote avances sociales, económicos y tecnológicos cómo nunca antes se habían logrado en tan corto espacio de tiempo. Pero todo ese andamiaje que sujeta la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos y les proporciona tranquilidad económica para el futuro en forma de trabajos y sueldos dignos, sanidad y educación pública y pensiones garantizadas de por vida entre otras cosas, se está viniendo abajo, aunque decir que lo están echando abajo sería más correcto. El acoso y derribo del tan necesario, para cualquier ciudadano medio, "estado de bienestar", comenzó en los años 80 del siglo XX,en que Ronald Reagan cómo presidente de los USA y Margaret Thatcher cómo primera ministra del gobierno de Su Graciosa Majestad, empezaron a maniobrar para desmantelar todo atisbo que oliera u oliese a subvención estatal. Es decir, empezaron a vender ( y en algunos casos malvender) el patrimonio de todos, el patrimonio estatal.
La inercia lógica de esa desmantelación provocó que "el estado de bienestar" tal cómo se conocía desde su creación tras acabar la Guerra Mundial, se empezase a resentir al ir cerrándose el grifo estatal de la sanidad, educación y transportes sobretodo y debido al efecto dominó, esto afectó a la condiciones laborales de los ciudadanos. La diferencia entre un obrero (por poner un ejemplo) hoy y en la década de los 50, 60 o 70 es a tener en cuenta y no precisamente para mejor. Todos los avances sociales, especialmente
en lo referente al trabajo, han sufrido, sufren y seguirán sufriendo si no se remedia, un retroceso bestial que conlleva la precariedad del trabajo y por extensión la del trabajador que lo ejerce. Hoy, en muchos casos con trabajar no basta, no llega el dinero de un sueldo a fin de mes. Y aunque es cierto que mucha gente ha estado viviendo por encima de sus posibilidades, también es cierto que eso ha sido provocado, manipulado y consentido por elementos ajenos a esa gente.
Cuando día tras día y noche tras noche desde multitud de medios te bombardean para que consumas sin mirar el coste a largo plazo de esa compra y sin darte tiempo para pararte a pensar si realmente necesitas lo que consumes y encima te dan facilidades (con el consentimiento de los gobiernos, esos gobiernos en los que los ciudadanos aún confían) para hacerlo, es muy difícil ver la otra cara de la moneda que queda oculta...hasta que decide mostrarse.Te dicen que compres casa, coche, una 2ª residencia, más ropa de la que te puedes poner aún cambiándote a diario por completo, viajar a la mínima oportunidad y viajar a lugares que hasta hace poco estaban reservados para privilegiados, aunque hoy de hecho los privilegiados siguen viajando a sitios a los que el resto de los mortales no visitaremos ni en sueños. Consume lo que sea pero hay que consumir para que no se pare la rueda en la que igual que los hamsters o los ratones de laboratorio estamos haciendo girar como si nos fuese la vida en ello.
Si a eso se suma el otro bombardeo ideológico que consiste en hacer creer que el estado cómo proveedor de lo necesario para desarrollarse cómo persona es un atraso evolutivo y que cuanto menos estado mejor, entonces el cóctel resultante creado resulta especialmente amargo y desagradable para los paladares de los tontos de siempre (entre los que me incluyo), que son , a saber por si aún alguien no lo sabe o tiene dudas: las clases sociales más bajas y la clase trabajadora, amén de la tan mal llamada clase media que no es otra que la clase trabajadora que se benefició y prosperó gracias al "estado de bienestar". Posiblemente la connotación de trabajador u obrero a algunos les parezca poco elegante a la par de poco sofisticada, pero las cosas son así. Una piedra es una piedra y no hay mejor forma de conocerla que cuando te han dado una pedrada o has tropezado con ella y el hecho de que se pinte a una piedra de amarillo no te hará menos daño si te da en la cabeza.
Claro que otro mundo es posible y me atrevería a decir que incluso mejor, mucho mejor que este en el que vivimos actualmente, pero ese mundo no vendrá por arte de magia, ni vendrá compasivamente dejado por los especuladores que lo han destrozado, no, por la cuenta que les trae, se preocuparán de que jamás accedamos a un mundo en el que ellos no tengan cabida (lógico por otra parte, serán especuladores pero no idiotas), así que si queremos un mundo mejor tendremos que construirlo nosotros solos. Pero espero que no sea un mundo en el que quepan todos, lo siento. Me niego a tener de vecino en la nueva comunidad a quién por su culpa desahuciaron a todos los demás.Un mundo nuevo sólo será posible si hay gente nueva y con otra mentalidad menos egoísta y más sincera para con el resto. Otro mundo es posible si no dejamos entrar a quienes lo destrozarán en cuanto tengan oportunidad. Ese mundo no es el de ellos, nos pertenece a todos los demás.
De esa jodida manera-la venganza de la abuela by hotokan
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