Al frente del Consistorio valenciano se encuentra doña Rita Barberá, mujer por más señas, por si alguien tiene duda de ello y también miembro del PP, cosa de la que no cabe duda creo.
El cuestionario que aplica dicho Ayuntamiento a sus posibles y futuras trabajadoras es bastante curioso, además de no respetar el derecho a la intimidad de los trabajadores según dicta la ley. Digo trabajadoras en femenino ya que las preguntas de dicho cuestionario deben ser respondidas por las mujeres que aspiren a trabajar para el Ayuntamiento de Valencia; los hombres, parece ser, están exentos de responder dichas preguntas.
No se si la alcaldesa valenciana respondió alguna vez a preguntas de tal calibre al acceder a la alcaldía, posiblemente ni a su médico personal le habrá hecho tales confidencias, pero ya sabemos que es infinitamente más fácil mandar que otros hagan lo que uno, por la razón que sea, no quiere hacer.
Los creadores y avaladores de esta especie de Pasapalabra médico-inquisitorial se han debido de quedar a gusto, más supongo que sus madres al parirlos, por lo que ahora ante el éxito de dichos cuestionarios estarán ideando algún otro tipo de interrogatorio himmleriano para no solo enterarse de posibles enfermedades y embarazos, si no lo que es más importante desde su punto de vista: asegurarse de la pureza de su origen racial y a ser posible ideológico también.
Estos pequeños aprendices de burócratas nazis eugenésicos vestidos de falleras que se esconden por los despachos y departamentos de la administración valenciana deberían ser los primeros en intentar aprobar su inmaculatura sanitaria y de paso su "pureza" racial. Es hora de enterarse y asumir que muchos de esos "puros" no son más que simples caliqueños. Hay más sangre almorávide circulando por Levante que la sangre visigoda de la que descendía el Cid. De hecho el Cid solo dejó en Valencia su cadáver...hasta que sus huestes castellanas se lo llevaron tras arrasar y quemar la ciudad para que no cayese de nuevo en manos almorávides. El apunte histórico es para aquellos seguidores de la pureza racial, seguidores que por regla general olvidan a sus más que posibles antepasados norteafricanos para pretender emparentarse con pueblos nórdicos de los que no son capaces ni de pronunciar sus nombres sin atragantarse por la cantidad de letras que suelen llevar.
Los estacazos a la clase trabajadora cada vez son más claros, humillantes y contundentes. Entre rellenar este formulario y enseñar la dentadura al patrón tal como se hacía en épocas en que la esclavitud era legal apenas hay diferencia. De momento el sueldo (cada vez más reducido) es la Línea Maginot que separa una cosa de la otra...de momento.
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