martes, 3 de enero de 2012

El zumbido de la mosca (versión poética)

Cuenta la leyenda,
que como todas las leyendas
sabemos que son inventadas,
que la mosca al ser creada por Dios,
se miró,
miró a su alrededor,
se volvió a mirar
y luego miró a Dios...
pero Dios apartó su mirada.
-Padre.
 Creaste al hombre
 a tu imagen y semejanza.
 ¿Porqué él y no yo?.
Preguntó la mosca a Dios.
Pero Dios callaba y no la miraba.
-Padre.
 Veo la majestuosidad del águila cuando vuela.
 Veo la fortaleza del león cuando camina pisando firme la tierra.
 Veo al pez nadar por el río y por el mar.
 Veo hasta la sinuosidad de la serpiente arrastrándose por el suelo...
 y en todos ellos te reconozco,
 en todos ellos te siento y te veo.
 ¿Tú te ves en mí al mirarme?.
 ¿A quién ves al verme?.
 ¿Qué ves al verme?.
 ¿Por qué no me miras?
Preguntó de nuevo la mosca a Dios.
Pero Dios callaba y no la miraba.
Entonces la mosca lloró
y de sus miles de ojos
dos lágrimas brotaron,
solo dos lágrimas tan grandes como su cuerpo.
Y como no pudo llorar más,
las dos lágrimas se partieron.
Entonces Dios por primera vez la miró.
Sonrió y aplastó las lágrimas con su dedo.
Lás lágrimas aplastadas por Dios
se convirtieron en finísimas láminas de cristal
y la mosca agradecida voló...
La mosca,
seca y árida ya de lágrimas para la eternidad,
nunca más pudo conseguir que Dios la volviese a mirar
y mucho menos que la volviera a tocar.
La mosca,
seca y vacia de lágrimas y llena de pena y de rabia
aleja su zumbido lo más que puede al sentir su presencia,
mientras intenta recordar entre montañas de inmundicia y estiércol,
que pudo haber hecho para que Dios jamás la diese una oportunidad
pese a permitirla volar.

 




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