Nuestro peregrino y Excelentísimo Señor Dívar, no solo ha peregrinado a la magnífica y lujosa Marbella. Ahora a esos 20 fines de semana caribeños que ha pasado en Puerto Banús (Marbella) cargados a la cuenta del presupuesto del Consejo del Poder Judicial, pues iba en representación de su cargo (según dice él), hay que añadirle otros 12 fines de semana tropicales, digo tropicales por lo tórridos que pienso pudieran haber sido dichos findes caribeños, en lugares como Barcelona, Bilbao, A Coruña, Santiago de Compostela, Oviedo, Valencia y Palma de Mallorca. Solo le ha faltado asistir a unos Sanfermines desde el chupinazo hasta el "Pobre de mí" encierros incluidos, faltaría más, en representación de su cargo por supuesto y poco más le quedaría por ver de la geografía ibérica desde la comodidad de esos fines de semana caribeños a los que es tan proclive.Y su misterioso, hasta hace poco, acompañante, con él.
El enigma ha dejado de serlo. Ya sabemos quién es su acompañante en tantas cenas y viajes en representación de su cargo. Se llama Jerónimo Escolar y es el jefe de seguridad, además de ayudante personal del Excelentísimo Señor Dívar. Policía nacional de la escala básica, empezó como un escolta más del señor Dívar y tras más de 15 años a su servicio ha pasado de jefe de escoltas a jefe de la seguridad del señor Dívar y ayudante personal, cargo éste propuesto por el propio señor Dívar. Es posible que aún le nombre ayudante de cámara antes de jubilarse.
Pero hay un pequeño problemilla para tanto cargo adquirido tras 15 años de estar detrás del señor Dívar (como escolta) y es que las funciones que desempeña están muy por encima de su cualificación profesional. No pasa nada. Esto a su escoltado y Excelentísimo Señor Dívar no parece importarle. Esa laxitud con unas cosas y no con otras acaba llevando a contradicciones algo complicadas luego de explicar. Un ejemplo en este vídeo vídeo 1 y otro ejemplo en este otro vídeo vídeo 2, por no hablar del misterio aún sin resolver que supone el sorprendente nombramiento (aquel pacto contra natura del PP y del PSOE) del señor Dívar, poco antes de que, el hoy exjuez Baltasar Garzón, empezase a investigar los crímenes del franquismo.
Pero volviendo a su escolta y ayudante personal Jerónimo Escolar. Hay un misterio aún más sorprendente si cabe, que su sorprendente, valga la redundancia, escalada profesional; y este es el "Misterio de las medallas". El señor Escolar, jefe de seguridad, ayudante personal, además de persona de confianza y acompañante de cenas y viajes del señor Dívar, desde que trabaja para él se ha convertido en la sombra y el hombro en que se apoya dicho cargo judicial, pues los jueces también tienen su corazoncito y hay días en que necesitan una mano amiga a la que agarrarse; ya ha sido galardonado con 5 condecoraciones. El señor Escolar se nos ha desvelado como un plusmarquista sin igual a quien las medallas le sientan bien, además de estilizarle la figura. Una medalla al mérito policial con distintivo blanco. Otra medalla al mérito de la Guardia Civil. Dos cruces de San Raimundo de Peñafort. Una de ellas es de categoría distinguida. Y la última medalla (de momento al menos) es al mérito policial con distintivo rojo. Esta última lleva un incremento de un 10% en su salario de por vida y se suele dar por los siguientes motivos:
- herido en acto de servicio o por causa de él (excepto accidente, impericia o imprudencia)
- tres o más servicios en los que medie agresión con armas, aún sin resultar herido
- hecho abnegado o que manifieste alto valor, en circunstancias de peligro para su persona, con utilidad para el servicio o prestigio para el Cuerpo
- conducta que merezca especial recompensa por hechos distinguidos y extraordinarios con patente riesgo o peligro personal
Y yo que solo tengo una que me regalaron en Mi Primera Comunión, de oro golfi con la imagen de un Jesusito en pañales... que mal repartido está el mundo.
No entiendo mucho de méritos y medallas, pero creo que por ir a cenar y salir de viaje con tu jefe no es motivo suficiente para conseguirlas. Mal está que haya cargos y representantes políticos que se gasten el dinero público en putas, drogas y alcohol, e igual de mal está, pienso yo, que se lo gasten en cenas, viajes y medallas con su escolta.
No tengo nada contra el amor, al contrario, ojalá todo el mundo lo encontrase y lo disfrutase. Pero sí tengo y mucho, en contra de la hipocresía, la mentira y la falsedad; misterios estos que siempre acompañarán a las personas allá dónde quieran que vayan. Sean escoltas, jueces, sexadores de pollos o mamporreros de caballos.
Niños, mentir está mal y gastarse el dinero ajeno para uso y disfrute propio, también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario