En nuestro fondo marino, aparte de basuras de toda índole, tenemos algo que muy pocas naciones del mundo tienen (incluida la pérfida Albión). Si buceamos por las profundidades de nuestro litoral, especialmente por las costas de Cádiz y Cartagena, a parte de encontrar bombonas de butano vacías, frigoríficos y lavadoras viejas, bolsas de plástico, latillas de conservas y algún que otro preservativo usado, nos podemos encontrar con tesoros hundidos desde hace siglos. Según los expertos hay entre 1.000 y 3.000 pecios en nuestro litoral. La cifra puede llegar a 8.000 barcos hundidos si se cuentan los barcos españoles que naufragaron en los mares de medio mundo. Unos cuantos de ellos están en el Océano Pacífico, al que se conoció en su día como "el gran lago español"... aunque después del terremoto y posterior tsunami que sufrió Chile en el año 2010 sea complicado, por no decir imposible, recuperarlos alguna vez.
Es hora de mirar con otros ojos nuestras hiperurbanizadas y destrozadas costas y nuestros esquilmados mares, al menos en la franja de mar en la que tengamos jurisdicción marítima. La próxima vez que nos encontremos tumbados en la playa, mirando disimuladamente a alguna jovencita tomando el sol sin la parte de arriba del biquini, mientras con cara de aburridos hacemos que leemos el periódico y echamos un vistazo a nuestros hijos que están jugando con la arena importunando a nuestros vecinos de tumbona, momento que aprovecha nuestra esposa para ir a darse un baño, pensemos que bajo la superficie del mar que baña nuestra soleada costa, entre una escombrera de barcos hundidos y podridos, hay tesoros valorados en 100.000 millones de euros, según un informe de la Armada del año 2010.
Como apunte, solo decir que 106.000 millones de euros es la cantidad que el ABE (Autoridad Bancaria Europea) calculó que necesitaban los bancos europeos para recapitalizarse en el año 2011.
Durante años se han expoliado nuestras costas y se siguen expoliando. El caso reciente del Odyssey, ha vuelto a poner de actualidad la recuperación del fondo del mar de tesoros españoles. La empresa Odyssey (con engaños, alevosía y posiblemente nocturnidad) sacó de la fragata española "Nuestra Señora de las Mercedes", hundida por una escuadra inglesa frente a la costa portuguesa en 1805, un tesoro valorado en 500 millones de dólares y una vez subido a bordo de sus barcos, más que navegar, volaron y no pararon hasta llegar a territorio estadounidense. Después de 5 años de litigios, España ha conseguido que le devuelvan el tesoro de la fragata.
Como dato histórico, decir que en aquellos momentos, en el año 1805, había firmado un acuerdo de paz entre Inglaterra y España, que evidentemente se rompió a raíz de este ataque. La elegancia y honestidad de la diplomacia inglesa ha dejado patente más veces de las deseables su impronta en la historia. La famosa Batalla de Trafalgar vino poco después, consecuencia de este ataque, con las desastrosas consecuencias que tuvo para el bando español, apoyado por navíos franceses, al perder dicha batalla. A partir de entonces la bandera inglesa y la cruz de San Jorge se adueñaron de los mares. El único consuelo patriótico que tuvo España es que el famoso almirante de la Armada británica, Horatio Nelson, dejó el mundo de los vivos en aquella batalla gracias a la puntería de un tirador de mosquete, francés por más señas.
El cuento del tesoro de la fragata "Nuestra Señora de las Mercedes" no ha terminado del todo. Perú y Bolivia, dicen que las monedas son suyas, pues el oro y la plata fue extraída de su territorio por habitantes autóctonos (llámense esclavos o trabajadores forzosos si se prefiere) y las monedas acuñadas igualmente en él.
No soy quien para entrar a valorar si tienen razón o no en sus reclamaciones. Solo se que cuando España sacó de allí el oro y la plata, Perú y Bolivia no existían como nación. Aunque ese detalle no tiene que significar que no tengan derecho a algún tipo de compensación, no creo que esa compensación tenga que ser económica, que conste. Pero es como pretender que en España nos resarzan por la invasión del Imperio Romano. Roma sacó oro y plata de las entrañas del territorio que hoy se conoce como España, gracias a que esclavizaron a nuestros antepasados los íberos, celtas, celtíberos... Acuñaron monedas de oro y plata con la efigie del emperador romano de turno y se llevaron cargamentos de dicho oro y plata para mayor gloria de Roma. Y por si eso fuera poco, sometieron y eliminaron a todos los pueblos que no acataron las leyes romanas o se les enfrentaron o simplemente se interponían ante la voluntad de Roma, como los vacceos, vettones, carpetanos, turmogos, etc. ¿No es motivo suficiente para pedir a sus descendientes, los hoy italianos, que merecemos algún tipo de compensación, a ser posible económica, por ello?. Los italianos dirán: "porca miseria", pues si fuesen romanos (ciudadanos del imperio) dirían: "damnaret eam" y ahí quedaría la cosa. Es posible que como favor especial y en castellano para que lo entendiésemos, nos dijesen: "¿y las leyes y el latín y el derecho romano y la civilización como los diosos mandan y como los ciudadanos de Roma entendían y no como entendíais vosotros los pueblos bárbaros, ignorantes e incivilizados, no cuenta como pago por vuestro oro?". Nosotros callaríamos la esclavitud y el sometimiento de nuestros antepasados y a otra cosa mariposa, que para mañana se hace tarde.
Volviendo a los tesoros hundidos en nuestras costas. La afición que muchos están mostrando hacia esos tesoros, es culpa del valor al alza que está teniendo el oro. Siempre ha habido cazatesoros, pero en la actualidad, alguien sin escrúpulos y con grandes recursos económicos que le de por piratear nuestros fondos marinos, con la tecnología adecuada, puede limpiarnos hasta la cera de las orejas y nosotros ni darnos cuenta. El oro vuelve a ser el valor más seguro y tangible al que se le puede echar mano en momentos de apuro económico. ¿Por qué la administración pública no mueve los recursos necesarios para preservarlos y garantizar que esos tesoros no caigan en las manos que no deben?. No se. Si en vez de oro y plata hundida, hubiese un yacimiento de gas o petróleo, es posible que hace tiempo el gobierno responsable hubiese sacado a subasta la explotación para que alguna empresa de capital privado se llevase su porcentaje del expolio. O si en vez de oro y plata hablásemos de algún tipo de negocio, en el que se requiriese los servicios de alguna empresa constructora, como realizar unos hipotéticos Juegos Olímpicos o algún loco megaproyecto urbanístico, para que esas constructoras (de capital privado, no lo olvidemos) puedan llevarse su parte, la mayor y más beneficiosa parte, del negocio; en cualquiera de estos casos, hace tiempo que estarían todos los tesoros bien catalogados y puestos a buen recaudo, pero como es el estado (la Armada española) quien debe hacerlo y no hay ningún beneficio privado para algún amiguete, dueño o socio de alguna empresa de servicios o del gremio de la construcción, con contactos en el gobierno, entonces pasa lo que pasa... que cualquier piratilla de tres al cuarto con dinero y medios para hacerlo, se nos lleva las perras que con tanto ahínco y barcos y vidas de hombres echadas a perder, hemos ido depositando en el fondo del mar. Sin saberlo, esos tesoros hundidos eran nuestra provisión de futuro. Somos raros hasta para ahorrar.
La peculiaridad de este país nunca dejará de asombrarme. Nadamos en oro y nos ahogamos en mierda...una mierda que vale su peso en oro.
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