jueves, 23 de enero de 2014

La sangría española.

Hay muchas formas de hacer sangría, y a veces incluso buenas. 
Básicamente sus ingredientes son: vino, azúcar, limón y otras frutas picadas. Es una bebida refrescante, algo dulzona y agradable de beber, sobretodo cuando está bien elaborada. Y lo mejor de todo: es una receta sencilla.
Basta mezclar todo en una jarra y dejar macerar un par de horas todos los ingredientes antes de beberla. Y si se añade hielo mejora más.
Es una bebida típica veraniega pero a nuestro actual gobierno, con don Mariano Rajoy a la cabeza,  eso no le para en barras y nos está enseñando otra forma de hacerla para así poder disfrutarla todo el año; y me temo que la resaca que provoca esta sangría neoliberal tiene todas las papeletas para convertir su resaca en una resaca de órdago. 
Se ha encasquetado el gorro de cocinero y siguiendo las recetas que le dicta la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, el FMI y demás organismos con estrella Michelín que saben de estas cosas de la economía -crisis mediante- y que poco a poco nos están matando de hambre; está sorprendiendo, incluso a los abstemios, con la nueva sangría Marca España, bajo la denominación de origen: typical spanish, que con una alegría cómo solo don Mariano puede derrochar a manos llenas, y con un salero de ese que tanto le sobra y derrama sobre nosotros, intenta deleitarnos en su puesto de master chef  pese a ser un vulgar pinche de cocina, y además de los malos. 
Se le nota contento. No me pregunten porqué, pues motivos no le sobran precisamente. Los avisos de Bruselas sobre el paro y los desequilibrios económicos son del mes de Noviembre. En Enero seguimos igual.
No hay más que escucharle cuando se levanta poético, aunque resulte de lo más patético -y pido perdón por el descuidado pareado-. Aunque no tengo idea de dónde saca este ramillete de optimismo trufado de buenos deseos a la vista de los últimos datos conocidos hoy mismo.
Le ponen a mover las varillas para mezclar la sangría y ya se ve como un consumado maestro de la coctelería -y vuelvo a pedir perdón por la rima-.
Es como los niños chicos, se le contenta con cualquier cosa que le den para entretenerse, pero que no sea más complicado que encajar los objetos en sus huecos correspondientes. Lo de emparejar por colores, aún es pronto para él.
Lo malo es que la sangría que está preparando don Mariano tiene los elementos necesarios para convertirla en un cóctel... molotov.
Está apretujando en la jarra, con el almirez de su visión retro española, demasiadas humillaciones innecesarias a los ciudadanos que hemos tenido la desgracia de nacer en este pintoresco país. Y digo pintoresco, no sólo por sus bonitos paisajes, sino por los dirigentes que desde siglos hemos tenido, ya sea porque nos han tocado -la mayoría de las veces-, o porque los hemos elegido -las menos veces-. Tal cantidad de berzotas guiando los destinos de España, no puede ser casual. En todos los países cuecen habas, tampoco se libran del berzotismo ilustrado más allá de nuestras fronteras, pero el caso español es para estudiarlo con detenimiento. El darwinismo social ibérico se está haciendo demasiado insoportable, especialmente desde que llegó al poder el ultraneoliberal, ultraconservador y ultracatólico -para lo que quiere- Partido Popular.
Machacar en su jarra ideológica a: los desahuciados de sus casas; a los ahogados por unas tramposas hipotecas; a los parados, ya sean jóvenes, mayores o de mediana edad; a los trabajadores precarios, tanto en sueldo como en condiciones de trabajo; a los autónomos engañados, y a los que se dejaron engañar; a los pensionistas; a los inmigrantes cotizantes y a los que no cotizan pero trabajan, y no cotizan porque a algún gran patriota contratador se la pone dura tener a gente sin papeles y evitarse rollos con los contratos de trabajo, amén de ahorrarse un dinerillo con la Seguridad Social; y luego añadir, junto al hielo, recortes en todos los aspectos: sanitarios, educativos, de formación, de investigación, de desarrollo... y et voilá! ¡Una deliciosa sangría con todo el sabor concentrado de España, y su prestigiosa marca, dispuesta a ser seleccionada como sangría exclusiva y oficial  de cualquier país que quiera evolucionar en su ascenso a la miseria más absoluta!
¡Gracias Europa! Gracias por mirar por los intereses de los países más enmierdados precisamente por seguir a rajatabla tus reglas y consejos. Thanks, Merci, Danke, Grazie, Tack.
Muchas gracias por convertirte, y convertirnos a los demás países, en un conglomerado apestoso de intereses mercantiles en el que la voz de la gente apenas sea un soplo inaudible tras las cristaleras de los parlamentos, y dichos parlamentos no sean más que mercadillos de ocasión a sueldo del mejor postor.
Dear Europa: disfruta de esta sangría hasta que te salga por las orejas. Genuino sabor español. Te vas a jartar de beber. De seguir así, acabará desbancando a la cerveza incluso en Bruselas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario